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Una bicicleta pintada de blanco, recuerda en la calle Alcalá, el lugar donde un ciclista fue atropellado mortalmente el pasado 11 de julio por un camión de recogida de cartón. Esta es al menos la cuarta vez que se pone una de estas bicicletas fantamas en las calles de la capital.

Desde la asociación Madrid Ciclista lo tienen claro: el accidente que costó la vida a Juan José Cristobal podría haberse evitado. El carril bici en ese punto no tiene visibilidad para los coches que giran hacia la derecha. Los ciclistas tampoco pueden ver por culpa de una marquesina. A su juicio, los carriles segregados para ciclistas a veces se convierten en una trampa mortal para ellos.

Madrid ya tiene otros cuatro puntos con bicicletas blancas recordando a tantos otros ciclistas muertos.

Sin embargo, el mayor número de víctimas se siguen produciendo en la carretera. Atropellos y accidentes mortales que en el año pasado segaron la vida de 67 ciclistas.

Este año, con más de 30 ciclistas fallecidos, ya se superan los ciclistas muertos, a esta fecha, del 2016.

La DGT ya ha lanzado varias campañas para tratar de concienciar a los conductores de lo frágiles que son los ciclistas en la carretera.

Un riesgo que también existe circulando por la ciudad, como bien indica este último accidente mortal ocurrido a sólo unos metros de la plaza de Cibeles.