El menor de 17 años que desapareció en Alcalá de Henares a finales de enero y fue encontrado veinte días después en el río Henares falleció ahogado y solo tenía un golpe en la cabeza que pudo hacerse al caer al caudal, de manera que se confirma que la muerte no se debió a ninguna agresión.
Según han informado a Efe fuentes policiales, el resultado definitivo de la autopsia ha revelado que el joven murió ahogado y solo tenía un golpe en la cabeza que no fue lo que le provocó la muerte. El primer avance de la autopsia ya desveló que el cuerpo no tenía signos de violencia.
Richard Ángel, de 17 años, desapareció en Alcalá la madrugada del 1 de febrero en las inmediaciones de la discoteca Decano, ubicada a escasos metros del caudal del río Henares. Vivía con su padre en la cercana localidad de Meco y salió con unos amigos a celebrar un cumpleaños la noche del viernes 31 de enero.
Sus amigos relataron que había bebido y golpeó sin querer a una chica, lo que motivó que el novio de ésta y unos amigos comenzaran a pelearse con él y le golpearan.
Entonces sus amigos intervinieron en su defensa, tras lo que el joven se fue solo de la discoteca y no le volvieron a ver. Tras ser buscado intensamente por la Policía, su cadáver fue encontrado por un pescador en el río Henares el 20 de febrero.