Miembros del Coro Filarmonía se dirigian a los ensayos pero el ascensor se quedó parado entre dos plantas. En lugar de entrar en pánico decidieron ponerse a cantar junto a otros miembros del coro que esperaban fuera a que los sacaran.
Estuvieron más de una hora en el interior del elevador pero gracias a la música dieron esquinazo a la claustrofobia.