El atracador del bar de Vallecas, que ayer retuvo como rehenes durante cuatro horas al dueño del establecimiento y a un empleado antes de entregarse, es un parado de unos cincuenta años que quería "llamar la atención" sobre su "situación de angustia personal".
Así lo han explicado en rueda de prensa los dos negociadores del Cuerpo Nacional de Policía que ayer mediaron en este incidente hasta conseguir que el atracador, que no tenía antecedentes penales de ningún tipo, se rindiese y dejase libres a sus rehenes.
Los negociadores, que no han querido explicar cómo convencieron al atracador para que se entregase, han apuntado que sus peticiones se ciñeron a un coche de alta gama, un Porsche Cayenne con el depósito lleno, una sábana para cubrirse a la salida del bar, un chaleco antibalas, un casco y unos guantes de látex.
Una vez detenido, el atracador -que según la Policía no estaba bajo los efectos de las drogas o el alcohol pero sí admitió estar en tratamiento por depresión- sufrió anoche un desvanecimiento y fue trasladado a un centro hospitalario para ser atendido.
Ahora se encuentra en el calabozo a la espera de que se le tome una declaración más detallada y que continúen las diligencias policiales