Raúl Alvarez, el asesino confeso de su ex pareja Adolfina Puello y la hija de ésta, Angelys, de nueve años, siguió haciendo vida normal tras acabar con la vida de ambas sin dar muestras de dolor, nerviosismo o arrepentimiento alguno, según han informado a Europa Press fuentes de su entorno ante los que argumentó que había roto con la mujer y había vuelto a casa de sus padres.