La Audiencia Nacional retomará este lunes el juicio contra los 65 usuarios de las tarjetas opacas de Caja Madrid con el interrogatorio al que fuera presidente de la entidad entre 1988 y 1996, Jaime Terceiro, que explicará en calidad de testigo los pormenores de un sistema implantado durante su mandato.
La sección cuarta de la sala de lo Penal restablecerá sus sesiones tras una semana de pausa con el esperado testimonio de Terceiro, inicialmente previsto para el pasado 11 de octubre pero que fue pospuesto por un error en la citación.
Tal circunstancia despertó los recelos de las defensas, que solicitaron a la sala, de manera casi unánime, el aplazamiento de todas las pruebas testificales al considerar fundamental que el expresidente fuese el primero en comparecer con el fin de que explicase el funcionamiento inicial del sistema de tarjetas, nacido en 1988 con el fin de "dignificar" la labor de los consejeros y equiparar su situación a la del resto del sector.
Así lo relató el propio Terceiro durante la fase de instrucción, cuando reconoció que bajo su mandato se aprobó la concesión de unas tarjetas de representación sobre cuyos gastos siempre se ejerció un control "estricto" e incluso "excesivamente austero".
Según explicó el ahora consejero de Bankinter, estas tarjetas, creadas sobre la base de la "prudencia y el sentido común" y siempre "transparentes" a Hacienda, tenían un funcionamiento "muy simple" y disponían de un límite mensual de 100.000 pesetas (unos 600 euros) aunque en la práctica no se superó nunca.
Unos argumentos que ahora tratarán de poner en tela de juicio las defensas de los 65 acusados, para quienes el fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón solicita entre seis y un año de prisión por apropiación indebida del patrimonio de la caja. Y es que, en las jornadas previas, algunos de los usuarios sembraron ciertas dudas acerca del régimen de las tarjetas y su funcionamiento durante la presidencia de Terceiro.
En concreto, el exconsejero a propuesta del PP Francisco José Moure apuntó al que fuera secretario general de la entidad Ángel Montero, ya fallecido, por ser quien le comunicó que los plásticos servían para "todo tipo de gastos" y que "no necesitaban justificante".
Aunque sin duda lo que genera mayor expectación son las preguntas que realicen a Terceiro las defensas de sus sucesores al frente de la extinta caja, Miguel Blesa y Rodrigo Rato. Durante su interrogatorio, Blesa aseguró tener "la plena convicción de haber actuado legítimamente" en relación con "una práctica ejercitada por el anterior presidente" y que no modificó "por un principio de confianza".
Sólo reconoció haber ampliado el límite de gasto con las tarjetas debido a que "la caja no era la misma que en 1988; en 2009 tenía 200.000 millones de euros, había doblado su balance en tres años y se estaban acompasando las retribuciones según la implicación" de cada uno.
Además de Terceiro, para el lunes también están programadas otras once declaraciones, si bien fuentes jurídicas han indicado a Efe que el listado definitivo no se conocerá hasta entonces, ya que las defensas pueden desistir de los testigos propuestos hasta el inicio de la sesión.
Quienes previsiblemente sí deberán responder a las cuestiones de las partes serán el exdirector de la central de tarjetas de Caja Madrid Manuel Cobo y el exvicesecretario de la entidad Vicente Espinosa, que entregó personalmente tarjetas a varios de los imputados.
También están citados el vicepresidente y director del área financiera de Mapfre, Esteban Tejera, e Íñigo Aldaz, antiguos integrantes del consejo de Caja Madrid que no efectuaron gasto alguno con este sistema.
No así el socio de Deloitte Francisco Celma, encargado de la auditoría externa de Bankia, y el ex director general del FROB, Antonio Carrascosa, después de que las defensas renunciasen a interrogarles en esta penúltima jornada de pruebas testificales.