¿Cómo reaccionarían si ven entrando en una tienda a una persona -que no es invidente- con un perro? Muchos de ustedes, quizás, se indignarían.
Este es el día a día de Begoña, una vecina de Alcobendas que tiene una enfermedad degenerativa y para la que Paul -su perro- es su ángel guardián, como en el caso de una persona ciega.
Cansada de dar explicaciones continuamente, -lo van a ver- pasó a la acción.