El alunicero Gregorio Rodríguez, 'El Goyito' | TELEMADRID
(Actualizado

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado al conocido alunicero Gregorio Rodríguez García, alias "Goyito", a dos años y ocho meses de prisión por una decena de robos cometidos en 2019 en diferentes establecimientos de la región.

La defensa de Goyito ha alcanzado un acuerdo de conformidad con el Ministerio Público por el que reconoce un delito continuado de robo con fuerza en establecimiento abierto al público, un delito continuado de hurto y robo y otro de pertenencia a grupo criminal, ante de comenzar el juicio que estaba previsto celebrarse hoy.

Se le abonará el tiempo privado de libertad

El alunicero ya fue condenado por los mismos hechos junto al otro miembro de su banda -que también se ha sumado a la conformidad- pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ordenó repetir el juicio tras ser expulsado entonces en mitad de la vista por su mal comportamiento, lo que le generó indefensión, según los jueces.

Ambos han consignado ya las indemnizaciones, que ascienden a 25.032 euros y la sentencia, al ser de conformidad y a la que ha tenido acceso Efe, ha alcanzado firmeza, por lo que a ambos se les abonará el tiempo que llevan privados de libertad por esta causa para el cómputo de la pena.

Goyito fue arrestado en enero de 2019 cuando la Guardia Civil desarticuló una conocida banda de aluniceros dirigida por él.

Alunizaje y robo de vehículos

Era la segunda vez que Goyito era detenido en apenas tres meses, ya que en octubre de 2018 los agentes ya habían desmantelado una organización especializada en el alunizaje y robo de vehículos liderada por él y que conformaba junto a otros cuatro hombres, a quienes se atribuían más de una treintena de asaltos en Madrid y provincias limítrofes.

Gregorio Rodríguez García es un conocido de las fuerzas de seguridad por su amplio historial delictivo cuando apenas tiene 26 años. Con varias detenciones previas, algunas siendo menor de edad, acumula más de treinta antecedentes penales y ya ha estado en prisión en varias ocasiones por robos con fuerza y violencia.

Bares, restaurantes y salas de juego

Sus objetivos eran principalmente bares, restaurantes, salas de juego, estancos y perfumerías que su banda asaltaba generalmente de madrugada, empotrando los coches contra el escaparate y valiéndose de mazas para acceder al establecimiento.

En una sola noche llegaban a perpetrar una media de tres o cuatro asaltos, lo que les valió para convertirse en uno de los grupos delictivos más activos en la Comunidad de Madrid.