El acusado de matar de más de setenta puñaladas a un amigo, Ángel V.O., ha reconocido en la Audiencia de Madrid los hechos que tuvieron lugar el 12 de abril de 2011 y ha explicado que la víctima le obligó a salir de la habitación donde estaba descansando y le amenazó diciéndole que era "uno u otro".
El fiscal ha mantenido la petición de catorce años de cárcel para el procesado por los delitos de homicidio, amenazas y lesiones, mientras que la defensa ha solicitado la libre absolución por las circunstancias atenuantes de legítima defensa, embriaguez y confesión.
En la vista, el acusado ha admitido los hechos que tuvieron lugar en una vivienda que la víctima, de 24 años, compartía con su mujer, Jessica, y su hija, de 11 meses, en la localidad madrileña de Alcalá de Henares.
La mujer del procesado, Pilar B.A., ha fallecido, por lo que no ha podido sentarse en el banquillo de los acusados por los delitos de agresión sexual, atentado y lesiones por los que el fiscal solicitaba para ella una pena de cinco años de cárcel.
Según el relato que en su momento hizo Pilar y que hoy se ha leído en el juicio, las dos parejas coincidieron en un bar de Alcalá de Henares, decidieron seguir bebiendo cerveza en un parque y cuando cayó la noche como habían perdido el autobús decidieron irse a dormir a casa de la otra pareja.
Allí, ha explicado Ángel, los cuatro siguieron bebiendo hasta las dos de la madrugada cuando la víctima le instó a que saliera de una habitación en la que estaba descansando, diciéndole que era "uno u otro".
La pelea acabó con la muerte de Óscar, cuya autopsia ha revelado que sufrió 70 heridas de diferentes consideración que fueron perpetradas con una navaja mariposa de 10 centímetros y un cuchillo de 7,5 centímetros de hoja, han detallado hoy los peritos.
La viuda ha indicado que, una vez que Ángel mató a su marido, acudió a la habitación donde ella estaba con Pilar y, mostrándole las heridas que tenía en las manos, le dijo: "mira lo que me ha hecho tu marido, como llames a la Policía, te mato a ti y a tu hija".
Durante el juicio, los policías que intervinieron en el suceso han afirmado que cuando llegaron al lugar de los hechos sobre las 03.25 horas encontraron a Ángel, Pilar y Jessica, con el bebé en brazos y semidesnuda, en el descansillo que hay entre la vivienda donde se produjeron las disputas y una valla exterior.
"Yo lo he matado. Era él o yo", señaló entonces Ángel, según varios policías, quienes han coincidido en señalar que el procesado se encontraba tranquilo cuando confesó el crimen y que repitió con voz fuerte en varias ocasiones: "Era él o yo".
El procesado entregó voluntariamente el cuchillo que llevaba en el bolsillo a los agentes, que le inmovilizaron y procedieron posteriormente a su detención.
La fiscalía también solicita al acusado una indemnización para Jessica por las lesiones de 9.000 euros, así como el abono de 170.000 euros por daños morales a favor de la hija de la víctima y 150.000 euros por los mismos daños para la viuda.