El hombre acusado de matar a una vendedora china en su comercio de Madrid, disparándole en la cabeza, ha reconocido los hechos ante la sala que le juzga, aunque ha asegurado que ese día había ingerido medicamentos y droga, por lo que iba "como volando por la calle" sin darse cuenta de lo que hacía.
La Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid juzga desde hoy a Israel Reyes Moreno, para el que la Fiscalía pide un total de 23 años de prisión por los delitos de homicidio, robo con intimidación, tenencia ilícita de armas y atentado.
Los hechos ocurrieron el 2 de febrero de 2014 en el comercio de la calle de Entre Arroyos de Madrid regentado por la comerciante Juan Chen, de 29 años, y su marido, y en el que, según el relato del fiscal, el acusado entró con un arma, amenazó a la mujer y a su hijo de 8 años para conseguir dinero y, como la mujer se negó, acabó disparándole en la cabeza.
A continuación huyó con la caja registradora a cuestas, mientras la víctima moría, pero finalmente fue interceptado por varios agentes, tres de los cuales resultaron heridos al reducirle, ya que vieron que llevaba una pistola e hizo ademán de utilizarla.
El acusado se ha reconocido autor de los hechos que se le imputan, aunque ha precisado que había consumido tanto drogas como medicamentos que le habían recetado para mantenerse tranquilo cuando dejó de tomar metadona.
"Iba como volando por la calle, no me enteraba de muchas cosas", ha relatado, y ha contestado en varias ocasiones que desde que salió de casa y acudió al poblado de Valdemingómez para comprar droga no recuerda bien lo que hizo.
Israel, que permanece en prisión desde el día del suceso, ha incidido en que consume drogas desde aproximadamente los doce años y ha tratado de rehabilitarse en numerosas ocasiones.
Poco antes de los hechos que se juzgan había dejado de tomar metadona como sustituto de las drogas porque le sentaba "muy mal" y le hacía dejar de ser él mismo.
Ha asegurado que fue al médico en varias ocasiones contando este problema y explicando que no podía tomar la metadona, y le suministraron fármacos como Tranxilium.
El 2 de febrero de 2014 vio que le faltaban tanto estupefacientes como pastillas, por lo que salió de casa a buscarlas, y se dirigió al poblado de Valdemingómez, donde compró droga. A partir de ahí no recuerda bien qué hizo, ha relatado.
Por su parte, el marido de la fallecida ha ratificado que su mujer y su hijo estaban solos en la tienda cuando entró el acusado, y que él se enteró unos diez minutos después porque le avisó un amigo y ya no pudo entrar el comercio, sino que estuvo con su hijo, al que la Policía alejó de la tienda y puso en manos del Samur.
Tras el suceso él y su hijo se volvieron a su país de origen, China, porque estaban conmocionados y la muerte de su mujer supuso "un gran daño para la familia", y de hecho su hijo no ha acudido hoy a declarar como testigo porque sigue afectado, en tratamiento psicológico, y prefieren no hablarle del suceso para que lo olvide.
Las partes han acordado suspender la declaración del menor y de otros testigos de cara a la sesión de mañana, mientras los policías que intervinieron en el suceso han ratificado lo que declararon en su día.
El juicio continuará mañana con el análisis de diferentes informes