Jesús J.S., acusado de matar a su mujer de 23 años en marzo de 2015, ha declarado este martes en el juicio que la víctima "se bajó del coche en marcha" tras mantener una discusión e inmediatamente después "vio un bulto por el retrovisor", parando la furgoneta para ver qué había pasado ya que el cuerpo estaba "boca abajo".
El viudo de Tamara, ambos de la etnia gitana, se sienta desde ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid por un delito de homicidio, un delito de violencia habitual, un delito de maltrato en el ámbito familiar y un delito continuado de amenazas. Se enfrenta a una petición fiscal de pena de veinte años.
Las dependencias judiciales han incrementado durante la jornada de hoy la presencia policial debido a un posible enfrentamiento de ambas familias. De hecho, han venido un nutrido grupo de amigos y conocidos de ambas partes ante un posible altercado. Durante la sesión, agentes de la Policía Nacional les han mantenido separados. De hecho, cada familia ha estado en una parte de la planta.
Como ya avanzó ayer su abogado, el acusado ha negado tanto haberla empujado contra el asfalto como haberla sometido durante años a una situación permanente de malos tratos y humillaciones. "Discutimos en el coche y ella me golpeó con el retrovisor y luego se bajó en marcha. Yo luego ya vi un bulto y paré el coche. Estaba boca abajo y la levanté para ver cómo estaba", ha relatado el hombre a preguntas del fiscal.
Asimismo, ha afirmado que nunca maltrató a la víctima, a pesar de lo que mantienen los vecinos de la misma. Estos solían llamar a la Policía cada vez que la joven salía a la terraza de su piso a pedir auxilio. Según el fiscal, "la situación de sometimiento y control también la ejecutaba profiriéndola constantes humillaciones, menosprecios, culminando con agresiones físicas, golpeándola por todo el cuerpo, lo que causó en ella un permanente estado de angustia, ansiedad, desasosiego y temor, generando este comportamiento en el núcleo familiar una situación de temor y depresión".
Entre los constantes episodios de violencia física y verbal se ha acreditado que durante el embarazo de la mujer llegó a golpearla y a tirarla por las escaleras. En otra ocasión, en 2014, le agredió en el rostro dejándolo amoratado y sin que la joven recibiera asistencia médica alguna. Meses antes, le golpeó en las piernas con una silla, causándole serias heridas. Ninguno de estos hechos fue denunciado, según apunta el fiscal.
Ante esa situación, la mujer tomó la decisión a finales de 2014 de irse a vivir a casa de sus padres en Navalmoral de la Mata. Pese a la separación, el acusado se personó en el domicilio de los padres de Tamara y, tras intimidarla, logró que volviera al domicilio familiar, donde el ambiente de violencia volvió a reproducirse en constantes situaciones.
En este "insoportable" clima de convivencia, sobre las 15.30 horas del día 11 de marzo de 2015, el acusado circulaba junto a la mujer a bordo de su vehículo por la A-66 sentido Sevilla, desde la carretera EX 100 Cáceres-Badajoz, manteniendo una agria discusión con la mujer, durante la cual Jesús habría resultado golpeado en la nariz.
Entonces, el acusado detuvo el vehículo en seco y comenzó a agredir violentamente a la mujer, quien logró a duras penas descender del coche, hiriéndose en el tobillo. Acto seguido, el acusado bajó de la furgoneta y le dio fácil alcance. A continuación, la arrojó violentamente hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el asfalto.
Tamara fallecía pocas horas después en el Hospital de San Pedro de Alcántara, en Cáceres. El acusado se encuentra en una situación de prisión provisional comunicada.