El acusado de acuchillar hasta la muerte a su mujer mientras dormía y mostrar luego su cadáver a su hijo sostiene que sufrió un brote psicótico que le llevó a cometer el brutal crimen sin que aún pueda ser consciente de haber cometido los hechos de los que se le acusa.
Así lo ha defendido su letrado antes de la vista oral en la que tratará de demostrar esta tesis, en contra de lo que mantiene el Ministerio Fiscal. Sergio C.S. Se enfrenta a una pena de 25 años de cárcel por asesinato alevoso. Tras ser detenido, manifestó que su mujer se había suicidado con un cuchillo.
En su declaración, se ha acogido a su derecho a no declarar. "Prefiero no declarar porque no me acuerdo", ha dicho con voz temblorosa y nerviosa. Su abogado ha insistido en que no era consciente de lo que hizo. "La relación con su familia era excelente. No sabe lo que pasó. Perdió la noción del tiempo. No lo puede asimilar porque le produce mucha frustración", ha indicado.
LA CARA DE LA ASESINADA ERA DE "TERROR"
La cara de la mujer presuntamente asesinada por su marido con un cuchillo mientras dormía en su casa de Villaviciosa de Odón era de "absoluto terror", según han declarado hoy en el juicio los cuatro policías locales que acudieron al lugar en mayo de 2015 tras recibir el aviso y ver el cadáver.
"Me impresionó muchísimo lo que vi. He visto a gente que ha fallecido pero esto me pareció impactante", ha dicho una de las agentes, quien ha destacado que la cara de la fallecida era de "absoluto terror, con los ojos y la boca abiertos".
Según el Ministerio Público, el acusado asestó varias puñaladas a su pareja mientras ella dormía con un cuchillo de cocina que le provocaron la muerte. Después, despertó a su hijo, le enseñó el cadáver y le dijo que ella se había autolesionado. Más tarde, comunicó a los servicios de emergencia que su mujer se había empezado a dar puñaladas por todo el cuerpo.
La defensa del acusado alega que su representado sufrió un "brote psicótico" en el momento de los hechos y que la relación que tenía con su mujer siempre fue "excelente".
En calidad de testigos han declarado cuatro policías locales de Villaviciosa de Odón que acudieron al lugar tras recibir el aviso y han coincidido en que la mujer ya estaba muerta cuando llegaron, que el hombre se había lavado -la bañera estaba mojada y había gotas de sangre- y que el acusado estaba "muy tranquilo".
También se encargaron de custodiar al hijo de la pareja, de diez años, el cual, según han relatado, "no articulaba palabra, estaba en shock, no lloraba ni gesticulaba" y "estaba muy frío". Para llevar al menor con otro familiar, los agentes han manifestado que llamaron a la hermana de la fallecida, quien nada más llegar al lugar de los hechos dijo a los policías: "La ha matado, ¿verdad?".
"La ha cosido a puñaladas, ¿verdad?", dijo otro de los familiares de la víctima con el que se pusieron en contacto los agentes. Durante esta sesión del juicio también han declarado como testigos varios guardias civiles que intervinieron en el caso tras recibir la llamada de emergencia del acusado.
Uno de los agentes ha relatado que cuando llegaron al domicilio estaban el padre y el hijo "muy tranquilos esperando en la puerta" y ha añadido que el acusado "hablaba con claridad y no decía ninguna frase absurda". "Yo no le vi que se inmutase al ver el cadáver", ha dicho el agente de la Guardia Civil.