Vecinos y activistas contra los desahucios han reconstruido simbólicamente la vivienda de la calle Ofelia Nieto 29, del distrito de Tetuán, derruida el pasado viernes tras ser desalojada por la Policía Municipal, que detuvo a once personas entre las más de cien que trataron de frenar la operación.
La familia propietaria de la vivienda expropiada ha acusado al Ayuntamiento de Madrid de haber actuado "a traición", dado que los pleitos de la familia contra la expropiación "están todos abiertos", y además "sin ninguna notificación".
Decenas de personas, provistas de guantes y mascarillas, han retirado las vallas de obra que rodeaban el solar y han levantado por el perímetro una tapia de medio metro de alto con los restos del derribo, ante la presencia de una dotación de antidisturbios de la Policía Nacional, que han seguido la reconstrucción a una distancia prudencial.
Donde estaba la puerta original de la vivienda, han colocado otra pintada con el nombre de la calle y el número 29 y, junto a ella, un buzón de correos.
Tras una hora de trabajo, han llegado a la zona dos vehículos y dos furgonetas del Grupo de Reacción Inmediata (GRI) de la Policía Local, así como otra patrulla de la Nacional y una segunda furgoneta de los antidisturbios.
En ese momento, algunos activistas han cortado un sentido de la calle con las vallas de obra, tras lo que las fuerzas de seguridad han pedido a los conductores afectados que dieran la vuelta y se marcharan en sentido contrario.
Hasta el solar se han acercado el dueño de la casa derruida, Francisco Gracia Fernández, y dos de sus hijas, quienes han agradecido el gesto de los vecinos y sus constantes muestras de apoyo ante lo que consideran una "traición" y un acto "despreciable" del Ayuntamiento.
"El que ha puesto el 'sobre' encima de la mesa ha dicho: quítamelos de en medio como sea, y lo han hecho a traición, porque saben que de otra manera no lo podían hacer", ha denunciado María Luisa Gracia, una de las hijas, quien ha recalcado que el propietario del solar es su padre.
María Luisa ha hablado de "delito" y ha dicho que la familia no parará hasta que sus responsables paguen por lo ocurrido el viernes, cuando "se atrevieron a derribar" la casa con sus padres, dos sobrinos y diez personas más dentro, según ha asegurado.
"¿Y si hubieran tocado un muro de carga?", ha preguntado y ha añadido: "Hoy estamos en la calle, pero podríamos haber estado en la Almudena".
Ángeles, la otra hija, ha negado que en el desalojo se regara a los agentes con gasolina. "Era mi madre, de casi 80 años, con una manguera de agua", ha dicho.
Ha rechazado también que fuera una "infravivienda" y que fueran "okupas", porque su padre posee las escrituras de la casa desde los años 60, "todo pagado, fuera de cargas, sin ninguna deuda".
La familia ha negado además que se les notificara previamente el derribo y, aunque ha señalado que recibieron una llamada anónima a las nueve de la noche del jueves advirtiéndoles, no creyeron que fuera posible, porque no se les había comunicado oficialmente.
Por otra parte, decenas de activistas han depositado frente a la Junta Municipal del distrito de Tetuán escombros traídos de la vivienda derruida, en un acto de protesta.