En Moratalaz, en concreto en un edificio, tienen problemas con las palomas y con una vecina que las alimenta. Un problema de convivencia que podría repetirse en cualquier otro lugar de Madrid. Arroja la comida por la ventana y atraídas por el alimento se llegan a reunir hasta 80 aves en cornisas y barandillas. Los vecinos reclaman una solución urgente.