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La auxiliar de enfermería Teresa Romero está "feliz y contenta" después de que le hayan retirado el aislamiento al que estaba sometida desde el pasado 6 de octubre, cuando fue ingresada tras dar positivo de contagio por ébola.

"Teresa está muy feliz y contenta, y encantada de sus compañeros. Ahora empieza a recordar los días que estuvo malita", ha afirmado su marido Javier Limón en una entrevista a T5 recogida por Europa Press, donde ha explicado que "en ningún momento", antes de caer enferma, le comentó la posibilidad de haberse tocado con un guante que pudiera estar contaminado.

Por otro lado, ha negado conocer cuánto tiempo continuará su mujer en observación en la habitación convencional de la planta 5 que le han habilitado en el Hospital Carlos III de Madrid.

Ha asegurado que esta historia está "llena de irregularidades" y, por tanto, no cree que se deba poner únicamente énfasis en si Teresa avisó, tras notar los primeros síntomas del contagio, al centro de salud que había estado en contacto con los misioneros contagiados de ébola y repatriados a España este verano.

"Lo que no se puede es que, al empezar la crisis de ébola, un Hospital como el Carlos III, que es referencia, se decida desmantelar para convertirse en un hospital de media y larga instancia", se ha lamentando.

Tras lamentar las palabras del consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, así como el trágico desenlace de su perro Excalibur, ha vuelto a reiterar su intención de emprender acciones legales para que se depuren responsabilidades.