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La Audiencia Provincial de Madrid ha suspendido hoy la segunda y última sesión del juicio contra el doctor Eduardo Vela tras no comparecer porque esta mañana ha ingresado en el hospital tras sufrir un episodio de "mareos" y "dolores", que requirió que fuera asistido por urgencias.

Hoy estaba previsto continuar el juicio que comenzó ayer contra Vela, para quien la Fiscalía pide 11 años de prisión por participar en el robo de Inés Madrigal, que nació en 1969 y fue sustraída de su madre biológica y entregada a una mujer estéril, a quien Vela le había recomendado fingir un embarazo con cojines.

Pero la presidenta magistrada del tribunal María Luisa Aparicio ha suspendido temporalmente la vista tras solicitarlo el abogado defensor, por lo que el tribunal esperará hasta el mediodía para determinar si, en caso de que mejore su estado de salud, se retoma la vista.

Esta decisión se ha producido una vez que su abogado ha explicado que la incomparecencia de su cliente se debe a que anoche tuvo un episodio de "mareos y dolores" por lo que el 112 acudió a su domicilio para darle tratamiento y medicación, si bien en aquel momento los facultativos no estimaron necesario su ingreso hospitalario.

Tras permanecer en su casa, ha añadido, Vela ha tratado de incorporarse para acudir al juicio pero su situación se ha agravado con "nuevos mareos y dolores en el costado".

Ante esta situación, el doctor ha llamado al 112 y a su centro de salud pero, según el relato de su letrado, no le podían dar atención ni dar asistencia, por lo que sus familiares le han llevado directamente a urgencias, desde donde Vela le ha informado "telefónicamente" que "estaba siendo atendido en estos momentos".

El letrado Rafael Casas ha mostrado con su móvil al tribunal un 'pantallazo' del justificante de ingreso en urgencias y ha solicitado la suspensión del juicio, si bien hasta el momento no se ha entregado físicamente ningún documento médico.

La Fiscalía no se ha opuesto a la suspensión si bien ha planteado la opción de continuar con la sesión de hoy, practicar la prueba y esperar a lo largo de la mañana si el acusado es capaz de comparecer y, en caso de que no pudiera, señalar un último día para el trámite de informes y el derecho a la última palabra del acusado. Mientras que la acusación particular se ha adherido al Ministerio Público asegurando que si la previsión de mejoría del acusado no era posible debería decretarse la suspensión.

Tras escuchar a las partes, la magistrada presidenta ha propuesto la opción de celebrar una videoconferencia prevista desde Francia y suspender tras ello la vista, pero la defensa se ha opuesto. Por lo tanto, ha acordado la suspensión temporal hasta las 12.00 horas y, en caso de que su estado de salud no mejore, se procedería a la suspensión y fijación de una nueva sesión en el plazo de 30 días, aunque el tribunal no descarta incluso retomar el juicio la próxima semana.

La defensa ya solicitó ayer la suspensión de la vista por problemas de salud, una estrategia empleada también en la fase de instrucción y mediante la cual trató previamente de lograr el aplazamiento sine die del juicio, con un último examen forense que pudiera certificar una enfermedad degenerativa y declararle no apto para el juicio.

Pero el examen concluyó que el doctor estaba perfectamente capacitado para declarar y en condiciones de acudir a la vista oral.

Ayer, la víctima de este juicio, que ejerce la acusación particular, Inés Madrigal ya criticó que el doctor presentó un estado de salud "selectivo" durante la jornada, pues comenzó el juicio sin recordar apenas su nombre y, sin embargo, contestó perfectamente a preguntas de su abogado.