La percusión, la chatarrería y la danza se mezclan sobre el escenario en el espectáculo 'Stomp', un montaje lleno de movimiento y ritmo que llega este martes al Teatro Coliseum de la Gran Vía, en Madrid, y permanecerá en cartelera hasta el próximo 22 de agosto.
Palos, contenedores de basura, escobas, cubos y baquetas, kilos de arena y cerca de 200 litros de agua se combinan en esta comedia visual, donde la sorpresa y la interacción mantienen la complicidad con el público para hacerlo partícipe del espectáculo a través un lenguaje universal: la música y los gestos.
La compañía vuelve este verano a Madrid tras cuatro años de ausencia con un montaje que ha permanecido en el Ambassadors Theatre del West End londinense durante ocho años consecutivos. Una de las principales artistas del show, Laetitia Lawrence, ha explicado en su presentación que se trata de un espectáculo lleno de "diversión, movimiento y interacción con el público".
En él no existe discurso, ni diálogo o argumento. Tampoco connotaciones políticas ni técnicas pretenciosas, sino tan sólo la exploración de sonidos a través de diferentes utensilios, para conseguir un ritmo y "bombardear" al público con él.
Esa interacción con el espectador es parte de la magia. "Creamos un sonido que el público tiene que reproducir, con lo que se rompe así el formalismo de la cuarta pared que existe en el teatro convencional, ya que se incluye al espectador en el montaje", ha indicado.
Asimismo, ha señalado que, aunque cada artista tiene su misión, se puede ver el show varias veces durante la misma semana y observar qué es distinto cada vez, porque cada uno aporta "su granito de arena". "Aunque el espectáculo es el mismo, todo cambia, todo vuela más alto cada vez. Hay permiso para improvisar y ahí está la clave del éxito", ha señalado.
Otro de los integrantes de la formación, Jeremy Price, ha indicado que dos horas antes de que comience el show tienen como costumbre subirse al escenario para calentar y practicar, una rutina de la que no se pueden desprender.
VEINTE AÑOS SOBRE EL ESCENARIO
La compañía nació en Brighton (Reino Unido) hace casi veinte años, de manos de Luke Cressel y Steve McNicholas, con la intención de crear sonidos a través de los objetos más baratos y accesibles que encontraban a su alrededor. Su intención era dar una vuelta de tuerca a la tradición que existía en los mercados de las aldeas inglesas durante la Edad Media, que consistía en llevar a cabo animación callejera a base de música y danza.
Según ha explicado otro de los protagonistas del espectáculo, Nigel Clarke, la compañía obtuvo reconocimiento por primera vez cuando presentaron un montaje de 30 minutos en la Assembly Rooms de Edimburgo, con el que ganaron el 'Premio de la crítica' de 'The Guardian'.
Actualmente la compañía está formada por cinco formaciones --una de gira por América del Norte, otra por Europa y el resto del mundo, una en Nueva York y otra en Londres-- y sus componentes proceden de todos los rincones del mundo.
Después de las representaciones de Madrid, la compañía establecida en Londres pretende tomarse un descanso. A continuación, visitarán otras ciudades europeas como París, Roma, Florencia o Ginebra, y es posible que vuelvan a España en diciembre, con una posible fecha en Valladolid.