Cientos de seguidores de Amparo Cuevas, la mujer que afirmaba ver a la Virgen en El Escorial y que falleció el pasado viernes, han asistido hoy al funeral celebrado en la finca de Prado Nuevo, con acceso prohibido a la mayoría de los medios de comunicación y a los detractores de la vidente.
Devotos y miembros de la congregación Virgen de los Dolores -el movimiento que encabezaba Amparo Cuevas- se agolpaban a las puertas de la capilla recientemente construida en la finca de las supuestas apariciones, en una ceremonia que ha servido además para inaugurar el templo.
Las pequeñas dimensiones de la capilla han obligado a celebrar el funeral en el exterior, pero la mayoría de los feligreses iban provistos de sillas de "camping" para escuchar la ceremonia, a la que han asistido familiares de la difunta, varios sacerdotes y monjas del movimiento de la vidente.
Poco antes de las siete de la tarde llegaban a la finca en un coche fúnebre los restos mortales de Amparo Cuevas, que han sido conducidos con cánticos religiosos hasta a la capilla para celebrar el funeral.
Algunas personas se arrodillaban al paso del féretro para besar el suelo, mientras miembros de la Congregación vigilaban el acceso a Prado Nuevo -finca que está completamente vallada- para impedir la entrada a la mayoría de los medios informativos y a los detractores de la congregación de Cuevas
Uno de ellos, Juan Carlos Bueno, ha explicado a Efe que esta mañana han presentado una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de El Escorial para advertir de la posibilidad de que el cuerpo de la vidente fuese enterrado esta tarde en Prado Nuevo, algo que, según han dicho, es ilegal al tratarse de un espacio medioambientalmente protegido.
Han recordado además que la asociación de víctimas de las apariciones de Prado Nuevo ha denunciado también la construcción ilegal de la nueva capilla, que fue edificada con autorización del cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco.
Además han afirmado que la congregación cuenta actualmente con unos 250 miembros incluidos los ancianos de la residencia que regentan en El Escorial y ha asegurado que el movimiento se "desinflará" con la muerte de Amparo, a la que ha acusado de aprovecharse de las personas mayores y provocarles "alucinaciones".
Pilar, una de las feligresas de que visita el lugar de las supuestas apariciones desde hace casi 30 años, ha asegurado por el contrario que Amparo era "una mujer sencilla y no era nada devota antes de ver a la Virgen".
Ha coincidido con otros seguidores en que la vidente debería ser canonizada, aunque al parecer no es una posibilidad que se plantee por ahora la Congregación.
Esta mujer ha relatado a Efe que fue testigo de que Amparo tuvo "varios estigmas" en su cuerpo, que era capaz de estar en dos lugares a la vez, e incluso ha dicho que en una ocasión presenció como "multiplicó unas rosquillas que trajo alguien al Prado para que todo el mundo pudiera comerlas".