Un toro adelantado de la manada ha creado numerosas ocasiones de peligro en el tercer encierro de los sanfermines de este año, que ha durado dos minutos y veintitrés segundos y que se ha saldado con, al menos, cinco personas trasladadas al Complejo Hospitalario de Navarra.
La manada, de la ganadería madrileña Victoriano del Río, ha hecho un primer amago de no salir de los corrales tras el lanzamiento del cohete que marca el inicio de la carrera, pero luego ha subido al galope la cuesta de Santo Domingo, donde se ha adelantado ya uno de los astados.
A partir de aquí se han sucedido los momentos de peligro, tanto en la calle Mercaderes, donde el morlaco que iba en cabeza se ha caído, como más tarde en la calle Estafeta, donde otro de sus hermanos se ha adelantado para completar en solitario el resto del recorrido.
Los de Victoriano del Río, en su sexta visita a los sanfermines, han abandonado los corrales de Santo Domingo agrupados y encabezados por los cabestros, aunque, nada más producirse el contacto con los mozos, uno de los astados se ha situado abriendo manada.
Así han llegado a la entrada de la plaza del Ayuntamiento, donde ha embestido hacia los corredores que estaban situados a la derecha, dejando a uno de ellos caído en el suelo, y tras barrer por este lado el recorrido, ha llegado a la mitad de Mercaderes, punto en el que se ha dirigido hacia la izquierda.
Aquí ha embestido a varios mozos, que han caído al suelo y, sobre ellos, el propio morlaco, que, al levantarse, ha quedado desorientado hasta que sus hermanos lo han alcanzado y lo han vuelto a agrupar en la manada, evitando así que el animal retrocediera en el recorrido como había hecho amago.
En la calle Estafeta han entrado todos juntos, pero, en los primeros metros de este tramo, otro toro negro ha embestido hacia la izquierda, entreteniéndose con los corredores, algunos de los cuales han sido volteados, mientras uno de sus hermanos de camada se adelantaba.
Este animal ha completado en solitario el resto del recorrido, a gran velocidad y en algunos metros con importantes huecos a su alrededor, lo que ha permitido a algún mozo correr prácticamente solo a su lado, luciéndose en la carrera.
No han faltado tampoco las habituales imprudencias de algunos ya que al menos dos, al final de la Estafeta y casi llegando al Callejón, se han agarrado a los cuernos de este toro, una acción que está expresamente prohibida.
Con este toro adelantado ya en la plaza, sus hermanos llegaban al Callejón, donde uno castaño se ha caído, aunque sin mayores incidencias.