Desde hace unas semanas, una enorme alfombra de hojas cubre las calles de la capital con el consiguiente riesgo de caídas. Es lo que le pasó a Antonio. Los vecinos de García Noblejas denuncian la peligrosidad. El miedo a resbalar no es el único problema. La hojarasca invande terrazas, sumideros y los operarios con sus sopladores no dan abasto.