Riesgo de aludes en altitudes superiores a los 2.100 metros en la sierra madrileña

El Gobierno regional ha trasladado este viernes a los organismos competentes la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) de riesgo bajo de aludes en la sierra madrileña por encima de los 2.100 metros, han informado desde Emergencias 112 Comunidad de Madrid 112.

El riesgo de aludes ha pasado del nivel 1 al 2. Las mismas fuentes han añadido que durante el fin de semana el riesgo aumentará ligeramente.

Cuando hay situaciones de este estilo, el Ejecutivo autonómico siempre recomienda a los madrileños que no acudan solos a practicar deportes de nieve y que si realizan excursiones por la sierra, lo primero que deben hacer, ante este riesgo de aludes, es informarse debidamente, evitar los parajes con más peligro y llevar un equipamiento correcto en cuanto a material y ropa.

También insiste en que es imprescindible llevar un teléfono móvil, con la batería cargada y, ante cualquier eventualidad, avisar al Centro de Emergencias Comunidad de Madrid 112. Una vez en la sierra, al iniciar una ruta se debe observar que en la zona que se vaya a transitar la nieve se encuentre compacta y bien asentada. En todo caso, es importante evitar laderas de gran inclinación en las que se pueda encontrar nieve aún en polvo y no transitar por allí bajo ningún concepto.

ALUDES

Los aludes suelen desencadenarse al superponerse capas de nieve en polvo sobre capas de nieve helada caída anteriormente. Antes de que ambas se fundan, la parte superficial no agarra en la capa inferior por lo que, ante cualquier movimiento, como puede ser viento o el propio factor humano, cae ladera abajo aumentando su volumen a medida que desciende.

Al elegir el sendero a tomar se deben elegir, preferentemente, las laderas con pendiente inferior a los 30 grados de inclinación y, por el contrario, evitar aquellas zonas con inclinaciones superiores. Son zonas casi seguras las zonas boscosas y absolutamente seguras las pistas de esquí de la sierra madrileña.

En caso de que se perciba un desprendimiento en alud, y se esté en su trayectoria, se debe intentar liberarse de los bastones o piolets, y escapar huyendo en diagonal, en sentido descendente y hacia el lateral más factible.

Si no se consigue salir a tiempo, el excursionista no debe dejar de andar siempre sobre la nieve que vaya cayendo con el fin de intentar mantenerse en la superficie de alud o, cuando menos, en la parte más alta posible.

Cuando el alud haya parado, en caso de quedar atrapados debemos movernos con energía, con movimientos similares a los de la natación, con el fin de crear alrededor de nuestro cuerpo un espacio para respirar.

Probablemente a estas alturas el excursionista ha podido perder la noción de la orientación. En tal caso, se debe escupir ya que la saliva le indicará la dirección en la que está el suelo. Una vez determinado este factor, se debe excavar, aunque fuera con las propias manos, en sentido contrario en busca de la superficie.