La Policía Nacional ha detenido a un hombre por agredir el pasado sábado en la Casa de Campo de Madrid a un entrenador de atletismo de 78 años que estaba con su equipo y al que presuntamente pateó en varias ocasiones sin motivo aparente, tras lo que fue localizado y reducido por otros deportistas.
"Fue una agresión sin motivo. Si no llega a aparecer gente, me mata", ha relatado José Núñez de la Puente desde su domicilio, en el que trata de recuperarse de una fractura de nariz y otras contusiones que le causan dolor y malestar.
El suceso ocurrió hacia las 10:00 horas del sábado cuando José entrenaba a su equipo de atletismo y pasó cerca de un banco en el que había un hombre acostado, metido en un saco, que comenzó a gritar en un idioma extranjero, relata.
José pasó de largo "sin hacer el menor caso" pero poco después se alarmó porque escuchó los gritos más cerca y se dio la vuelta, momento en el que el hombre que había visto en el banco le pateó la cara y el pecho, gritando en un idioma que le pareció polaco. Una vez en el suelo continuó pegándole, hasta que varios deportistas que vieron la escena acudieron en su ayuda, por lo que el agresor huyó.
Varios ciclistas y corredores comenzaron a perseguirle y le tenían al alcance, pero no podían pararle porque se mostraba agresivo, hasta que llegó al Club de Campo, donde gracias a la ayuda de unos vigilantes se seguridad fue reducido.
Entonces llegó la Policía, que había sido alertada por varios testigos, y detuvo a Piotr A., polaco de 39 años y sin antecedentes policiales, que también se mostró agresivo con los agentes, según han confirmado a Efe fuentes policiales.
El arrestado, que fue identificado posteriormente, se negó a declarar ante los agentes y, tras ser puesto a disposición judicial, el Juzgado de Instrucción 37 le dejó en libertad con la obligación de comparecer ante el juez cuando se le requiera, pero sin medidas cautelares, según han precisado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
José y su hija, Isabel, lamentan esta puesta en libertad y el primero pide más seguridad en una zona en la que él lleva 60 años entrenando sin problemas, y a pesar de que antiguamente había más prostitución y teóricamente más delincuencia.
La víctima de la agresión tiene la nariz escayolada y grandes hematomas alrededor de los ojos y en otras partes de la cara, así como en el cuerpo, según relata. El parte médico que le hicieron en el hospital al que acudió tras la agresión refleja esa rotura de nariz y traumatismo costal izquierdo, entre otras contusiones.
Su hija Isabel explica que, además de las lesiones físicas, su estado de ánimo también se ha visto afectado, ya que se trata de una persona que a pesar de su edad se encontraba muy bien y entrenaba a jóvenes.