En el barrio madrileño de Lucero, los vecinos viven una tensa calma. El apuñalamiento ayer a uno de sus vecinos ha encendido todas las alarmas y ha puesto de manifiesto la difícil convivencia que hay en sus calles. Los familiaries del herido, que se debate ahora entre la vida y la muerte, acusan a una familia gitana de imponer la ley del terror en el barrio. La Policía vigila la zona para evitar posibles represalias.