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Cuarenta y ocho horas después del asesinato a tiros en Madrid de Francisco Javier Martín Sáez, el alunicero y butronero apodado "Niño Sáez", la Policía visiona las cámaras de la zona mientras sus sospechas se centran en que un robo de droga a otros narcotraficantes pudo ser el móvil el crimen.

Fuentes policiales han informado de que los investigadores del Grupo VI de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial tratan de averiguar, con el estudio de los casquillos y el análisis de las imágenes grabadas por diferentes cámaras de seguridad de la zona, quién o quiénes dispararon en torno a las 11:30 horas del domingo en la calle de Laín Calvo en el barrio del Alto de Extremadura.

Lo que tienen claro las fuentes consultadas en que al Niño Sáez, de 36 años, "le tenía ganas mucha gente", por lo que todas las hipótesis se dirigen a un ajuste de cuentas, en concreto, por un robo de drogas a otros narcotraficantes, "negocio" en el que hacía un tiempo había entrado la víctima.

Y es que el Niño Sáez, revelan las fuentes, "le daba a todo" tipo de delitos, desde su primera especialidad en su carrera delictiva como butronero y alunicero y también como experto en reventar cajas fuertes con lanza térmica hasta convertirse en los últimos años en un profesional de los "vuelcos", es decir, robarle la droga de otros delincuentes.

Este último delito podría ser el motivo de su muerte por encargo y ejecutado por algún sicario -algunas fuentes apuntan a un asesino colombiano-, según sospechan los investigadores que siguen las pesquisas sobre el entorno del fallecido y sobre los golpes cometidos a otros narcotraficantes.