La ceremonia del río conmemora el éxodo del pueblo gitano desde la India y honra a sus antepasados. En ella se encienden velas y se lanzan pétalos de flor al río el 8 de abril, un día en el que este colectivo ha querido recordar también "a los que murieron por ser gitanos".
Este ritual se celebra en el Día Internacional del Pueblo Gitano desde que en 1971 se reconociese a este colectivo, su historia, su bandera (azul como el cielo, verde como la tierra y con una rueda de carreta que representa el espíritu nómada) y su himno, el Gelem Gelem ("Anduve, anduve", en lengua romaní).
"Somos la voz de nuestros antepasados, de los exterminados en los penales, de los enviados a las carracas o a las minas, de los que murieron en los campos de concentración", ha clamado el director del Instituto de Cultura Gitana, Diego Fernández, antes de celebrar la ceremonia en la ribera del río Manzanares en Madrid.
Aunque eso forma parte del pasado, el vocal del Consejo Estatal del Pueblo Gitano Ramón Fernández ha admitido antes del acto que "hay mucho por andar" y que hay que conseguir que "de una vez por todas se nos reconozca que somos ciudadanos de primera".
La ceremonia del río es una celebración internacional, pero en algunos países sólo está reservada para gitanos. En España, sin embargo, el colectivo gitano invita también a los "payos" porque según ha explicado Diego Fernández, quien ha oficiado la ceremonia, "la mejor forma de celebrarlo es junta, gitanos y no gitanos".
De hecho, al acto han acudido representantes del Gobierno, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid. La secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero, ha alabado "la lucha de un pueblo que ha tenido que superar multitud de discriminaciones" y ha expresado su apoyo desde el Gobierno y la necesidad de "mano dura" contra los que les siguen discriminando.
En lugar de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que no ha podido asistir, ha acudido la directora general de Igualdad, Ana Buñuel, quien ha expresado que "es de justicia reconocer las aportaciones del pueblo gitano a la sociedad".
Buñuel ha leído la declaración institucional acordada por el consistorio que, entre otras cosas, pide la retirada del diccionario de la acepción de trapacero como gitano y la condena a las humillaciones de unos hinchas del PSV Eindhoven a unas mujeres gitanas; dos iniciativas muy aplaudidas por el público.
En representación de la Comunidad de Madrid ha tomado la palabra el consejero de Políticas Sociales y Familia, Carlos Izquierdo, quien ha anunciado que se ha "consensuado" un "principio de acuerdo" previo a la firma de la estrategia madrileña de atención al pueblo gitano.
También se han subido al escenario portavoces de asociaciones gitanas como Rosalía Vázquez, de la asociación de mujeres gitanas Alboreá, que ha alertado contra los movimientos intolerantes y neonazis "que no han aprendido nada del precio de la historia" y ha expresado el "orgullo" de ser "gitanos españoles".
El vicepresidente del Instituto de Cultura Gitana, Antonio Vázquez, también ha hablado del "orgullo" de su pueblo porque, según sus palabras, "somos y seremos gitanos, pese a quien le pese". El director del Instituto ha admitido en su declaración que lo más gitano es sentirse orgulloso de que "nos ha parido una gitana".
Las intervenciones han dado paso al himno romaní, que habla sobre el exterminio de miles de gitanos por los nazis, y a gritos de "viva el pueblo gitano". El río Manzanares se ha llenado de pétalos rojos, rosas y amarillos a los que un centenar de personas les han deseado "buen camino" para que lleguen a la tierra de sus antepasados al son de "Persecución", una canción sobre la libertad de los gitanos. E