La Paz cuenta con la primera unidad específica de la región para abordar el cáncer anal aplicando un protocolo de cribado análogo al utilizado para el cáncer de cérvix debido al paralelismo en el origen e historia natural de ambos tumores. El protocolo se aplica en pacientes inmunosuprimidos, con especial atención a los varones homosexuales infectados por el VIH o mujeres con antecedente de patología cervical o vulvar.
El cribado realizado por la Unidad de Cáncer Anal de La Paz, partir 2010, ha puesto de manifiesto una prevalencia muy alta de esta patología en los pacientes infectados por el virus VIH y la necesidad de ofrecer diagnóstico, tratamiento y seguimiento a la población vulnerable.
Gracias al diagnóstico precoz, esta enfermedad puede ser tratada de forma más eficaz y menos invasiva ya que se puede evitar el tratamiento quirúrgico tradicional.
DOS AÑOS DE TRABAJO
En estos dos años de trabajo, la Unidad de Cáncer Anal de La Paz ha realizado un cribado a un total de 1.200 pacientes, la gran mayoría de los cuales (900) son varones homosexuales infectados por el VIH. Del análisis de este grupo se desprende que el 40% de los pacientes presentó alteraciones citológicas.
Como resultado de este cribado, se ha constatado una prevalencia total de lesiones con riesgo de malignización del 25%.
La unidad, a la que vienen cada vez más facultativos de otros hospitales para realizar rotaciones, está coordinada por los doctores Pedro Herranz y Elena Sendagorta, del Servicio de Dermatología, pero es una unidad multidisciplinar en la que trabajan de forma conjunta especialistas de la Unidad de VIH del Servicio de Medicina Interna, y de los Servicios de Cirugía General, Ginecología, Anatomía Patológica y Microbiología.
El cáncer anal es poco frecuente pero muy agresivo y en los últimos años ha multiplicado su incidencia de forma drástica y también ha cambiado el perfil del paciente al que afecta, produciéndose un giro epidemiológico a causa de la infección por VIH y su combinación con la infección por el virus del papiloma humano. Hace ya varios años dejó de ser un tumor más típico de mujeres de edad avanzada