El Palacio Real mostrará al público desde este jueves el Belén del Príncipe, mientras que el Real Monasterio de la Encarnación permitirá visitar su belén napolitano, con motivo del cuarto centenario de su fundación, según ha informado Patrimonio Nacional.
El montaje de belenes en épocas navideñas se remonta varios siglos, ya que el rey Felipe V en su viaje a Italia en 1702 recibió como regalo un belén, y su hijo Carlos III se trajo un Belén en 1760 para colocarlo en el Palacio del Buen Retiro, por lo que se inició una tradición que se ha mantenido.
El belén que ahora se expone en el Palacio Real contó en el pasado con un total de seis mil piezas, entre animales, posadas, tabernas o mercados. En él participó toda la Familia Real, ya que hasta la Reina y las damas confeccionaron indumentaria para vestir estas figuras.
El Real Monasterio de la Encarnación, por su parte, conmemora este año el cuarto centenario (1611-2011) de su fundación, por lo que, con carácter excepcional, se expondrá el belén napolitano del Monasterio de las Agustinas Recoletas de Salamanca y será la primera vez que este pesebre se muestre fuera de los muros del convento salmantino.
Este conjunto, realizado en 1645, fue un regalo a las agustinas recoletas del VI Conde de Monterrey, Manuel Zúñiga y Fonseca, embajador en Roma y luego Virrey de Nápoles, por lo que conocía de primera mano los talleres de los escultores napolitanos y cuya hija Inés era profesa en este Convento.