A pesar de toda la violencia destada tras la Marcha de la Dignidad, ni el PSOE ni Izquierda Unida han condenado los actos que se produjeron al final de la manifestación. Incluso han llegado a solicitar la liberación de los detenidos. Los disturbios comenzaron cuando varios participantes arrojaron botellas, piedras y petardos a la Policía, que intentaba entrar con furgones en la plaza de Colón de Madrid después de cerrar la calle de Génova con vallas para proteger la sede del PP.