Profesionales sanitarios se han dado cita este domingo en las calles de Madrid, a pesar de la lluvia y el frío, para apoyar la decimoquinta Marea Blanca, que ha partido a las 12 horas de la Plaza de Neptuno para culminar en torno a las 13 horas en la Puerta del Sol.
Aunque menos numerosa que otras marchas, esta primera 'marea' del año ha sido convocada como en otras ocasiones por la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid.
La Marea Blanca está marcada esta vez por la decisión del Pleno de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) de devolver los recursos sobre la externalización a sus secciones de origen, después de que el expresidente de la Sala, Gerardo Martínez Tristán, decidiera agrupar todos para resolver sobre ellos a la vez. Con esa decisión, el proceso continúa suspendido.
CELEBRAN EL ACUERDO DEL TSJM
Además, los asistentes celebran el acuerdo alcanzado entre trabajadores de la Lavandería Central Hospitalaria y la concesionaria, que ha terminado con la huelga indefinida que mantenían los empleados desde el 6 de diciembre. Otro de los motivos de la concentración es mostrar el rechazo de los asistentes a la reforma de la Ley del Aborto.
El secretario general del PSM, Tomás Gómez, ha apoyado este domingo a los profesionales sanitarios que han marchado por las calles de Madrid en la decimoquinta Marea Blanca que, a su juicio, tiene "aire de victoria", tras la decisión del Pleno de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) de devolver los recursos sobre la externalización a sus secciones de origen.
"Apoyando esta decimoquinta Marea Blanca y, desde luego, con aire de victoria porque la decisión judicial de paralización de la privatización (...) significa que en esta legislatura no van a poder desmantelar la sanidad pública", ha señalado Gómez, en declaraciones a los periodistas.
Dicho esto, ha manifestado que lo que, desde su punto de vista, "debería hacer" el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, es "pedir perdón a los médicos y a los profesionales, pedir perdón a los pacientes, pedir perdón a la sociedad madrileña y aparcar definitivamente los planes" que tiene para la sanidad pública.