Morata y Arganda conmemoran la Batalla del Jarama

  • Recrean uno de los episodios más sangrientos de la Guerra Civil

Los Ayuntamientos de Morata de Tajuña y de Arganda del Rey, en colaboración con las Asociaciones Tajar y Frente de Madrid, han recreado la Batalla del Jarama, en su 80 aniversario, con la participación de más de un centenar de figurantes.

Como recuerda el Consistorio de Morata, hace 80 años, 80.000 hombres de más de medio centenar de nacionalidades lucharon durante todo el mes de febrero de 1937 en la Batalla del Jarama, "una de las más sangrientas de la Guerra Civil Española".

El acto central es una recreación de los combates. Previamente, la plaza Mayor de la localidad se convertía en un Museo viviente a cargo de varias agrupaciones de recreación histórica. Además, se ha realizado una degustación de gachas gratuitas.

Por la mañana, muchos madrileños se acercaban a descubrir escenarios de la batalla, como la Colina del Suicidio, la mítica Cota 700 o las defensas de Valgrande. Y todo gracias a una ruta guiada.

A última hora de este sábado, la batalla ha llegado a las afueras de Morata, con una recreación en la que más de un centenar de voluntarios escenificaban los combates de la considerada como la primera batalla moderna de la Historia, en la que intervinieron fuerzas de todo tipo.

Este domingo, para clausurar las jornadas en Morata, se celebra una jornada de puertas abiertas a la excavación arqueológica del 'Cerro de la Iglesia', donde se están recuperando trincheras.

"Queremos poner el valor la Batalla del Jarama porque creemos que, de la mano del Parque Histórico, se puede convertir en un referente turístico en toda España", ha explicado el alcalde de Morata, Angel Sánchez, quien recuerda que "en toda Europa existe un turismo bélico, como Waterloo, Verdún o las playas del Día D".

El objetivo de estas Jornadas es dar a conocer el proyecto del Parque Histórico de la Batalla del Jarama, impulsado por los Ayuntamientos de Morata, Arganda del Rey, Rivas-Vaciamadrid y San Martín de la Vega, que conforma un recorrido de 25 kilómetros en los que, 80 años después, continúan abundando los vestigios del enfrentamiento.