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Metro de Madrid ha accedido hoy a ofrecer un TAC a todos los trabajadores -de los 6.800 que tiene la empresa- para descartar que estén afectados por el amianto detectado en varios vagones del suburbano tras detectarse que cuatro empleados enfermaron de asbestosis, uno de los cuales falleció.

La decisión, que se ha comunicado hoy, se ha acordado en el seno de la comisión de seguimiento de la estrategia de acción para la gestión del amianto y del plan para su eliminación en la que están representados UGT, el Sindicato Libre, el Sindicato de Profesionales y Técnicos y Solidaridad Obrera mientras que no participan ni CCOO y el Sindicato de Maquinistas.

Según han informado a Efe desde Metro de Madrid, esta prueba médica va más allá de lo que establece la normativa de vigilancia.

Ahora mismo se está haciendo un seguimiento específico a unos mil trabajadores que están relacionados con el mantenimiento de trenes o la señalización.

Las nuevas pruebas se podrán pedir en los próximos días y se realizarán "lo antes posible", en función de las peticiones que haya.

La comisión en que se ha tomado esta decisión está constituida por la dirección de la empresa "a su más alto nivel" y por la comisión permanente del comité de empresa.

Su función es acordar el plan de eliminación del amianto en toda la red de Metro: material móvil, instalaciones, almacenes, estaciones, recintos o depósitos.

También se aborda la formación, información y protocolos específicos que se están dando a los trabajadores, así como el mapa de las instalaciones y los componentes del amianto en la red, que se actualizará de forma continuada.

Asimismo, trata temas relativos a la vigilancia de la salud de los trabajadores.