Un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario La Paz de Madrid, formado por especialistas en Obstetricia, Cardiología, Neonatología, Anestesiología, matronas y personal de Enfermería, han conseguido sincronizar, en la sala de Hemodinámica del servicio de Cardiología Pediátrica, una cesárea y la colocación de un marcapasos a un prematuro.
En concreto, la organización de esta intervención, que se realizó el 5 de junio, permitió que el bebé pasara directamente y sin esperas, del vientre materno a la mesa de cateterismos. Así, en una parte de la sala se estaba realizando la cesárea a la madre, mientras los equipos de Pediatría, Neonatología y Cardiología estaban preparados para colocar un marcapasos a la niña que nació en la semana 34 de gestación con un peso de 1.600 gramos.
Después de estar ingresada en el servicio de Neonatología y superar satisfactoriamente una segunda intervención para la colocación del marcapasos definitivo, la niña recibió el alta el pasado 17 de julio y se encuentra en su domicilio.
EMBARAZO DE ALTO RIESGO
La madre tuvo un exhaustivo seguimiento del embarazo desde que en la semana 20 de gestación se descubrió un bloqueo cardiaco del corazón del feto, es decir, que las aurículas y los ventrículos están descoordinados, lo que origina que la frecuencia efectiva del corazón esté por debajo de los 50 latidos por minuto, cuando la frecuencia normal oscila entre los 120 y los 180 latidos por minuto.
Los resultados de la analítica que se le hizo confirmaron la presencia en su sangre de un anticuerpo específico de ciertas enfermedades inmunológicas. Este anticuerpo pasó a la circulación placentaria y produjo una reacción inflamatoria en el feto y una fibrosis (cicatriz) en el sistema de conducción cardíaco que se estaba formando en ese momento.
Así, la sección de Ecografía y Medicina Fetal del hospital siguió a la paciente durante las siguientes semanas del embarazo mediante "sofisticadas" pruebas de ecocardiograma. De hecho, intentó tratamientos intrauterinos farmacológicos que no consiguieron desbloquear la situación del feto.
En este sentido, los médicos comprobaron que se iba produciendo una progresiva disminución de la frecuencia cardiaca del feto. Estas circunstancias obligaron a madurar farmacológicamente los pulmones del bebé y proceder a una cesárea en la semana 34 de gestación, cuando la frecuencia cardiaca se encontraba constantemente por debajo de los 34 latidos por minuto, casi "incompatible" con la vida.
Tras el nacimiento, a la niña se le colocó un marcapasos transitorio. En estos casos, según ha informado el Hospital y aunque es "muy infrecuente" colocar un marcapasos a un prematuro, el primer marcapasos se colocó de manera temporal ya que las otras formas de intentar controlar la frecuencia cardiaca "no son efectivas".
"Este paso intermedio permite colocar el implante definitivo pasada una semana, ya que los beneficios son mayores", ha comentado el jefe de Cardiología Pediátrica, Federico Gutiérrez-Larraya, quien ha informado de que el área de Medicina Fetal ensaya nuevos tratamientos para evitar que el feto se bloquee por completo y conseguir que no sea necesaria la implantación del marcapasos neonatal.