La delegada de Cultura y Deportes de Madrid, Celia Mayer, ha criticado al PP, a cuenta de la cabalgata de reyes, el "ejercicio totalitario" de "decretar que tienen la tradición" mientras que la portavoz popular del área, Isabel Rosell, ha definido el desfile como un "experimento de ingeniería social" cargado de "prejuicios y consignas".
Mayer ha defendido que la cabalgata de este año ha llegado a más sitios, a más públicos, ha tenido mejor relación con el tejido cultural de la ciudad y ha tenido un mayor carácter social, como por ejemplo el concierto en el Teatro Real, cuya recaudación se donó a Intermon Oxfam para destinarla a los refugiados sirios. "Hacemos una valoración muy positiva, estamos muy contentos", ha declarado.
Rosell ha lamentado que el objetivo de Ahora Madrid "no era una cabalgata para todos ni celebrar la Navidad dentro de la tradición cultural, cristiana, sino un experimento de ingeniería social con el pretexto de reinventar la tradición". "Han pretendido falsificarla convirtiéndola en un carnaval", ha dicho.
También ha reprochado que la cabalgata fue el pretexto para "dar rienda suelta a sus prejuicios y consignas" y que "fue de traca" el "discurso doctrinario" del rey Melchor, dedicado a la situación de los refugiados y el cambio climático.
La popular ha cargado contra la "estafa" de la cabalgata y ha lamentado que la imagen que Madrid ha dado al exterior ha sido el de "un patio de vecinos, siempre riñendo, en lugar de presentar una ciudad abierta y moderna". "Muchas gracias, delegada, por hacernos la pascua", ha terminado.
Mayer le ha criticado a su vez que el problema reside en quien "decreta que tiene la tradición" en un "ejercicio totalitario". La delegada ha defendido los cambios sociales y culturales, palpables en la cabalgata.
"En la primera Pocoyó no existía y ahora además el Papa ha metido a reinas magas", ha lanzado, después de defender que las cuestiones de género o las relacionadas con los animales son "debates superados" en la sociedad madrileña.