Tradicionalmente, los días previos al Puente de la Paloma, se convierten en la época en la que más gente se va de vacaciones de Madrid, y la que más vacía deja sus calles.
Pero lo cierto es que por esa circunstancia y debido a las facilidades de aparcamiento, muchos aprovechan para acercarse a la capital, y disfrutar así del escaso trasiego de coches y de gente.