El pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobará el próximo lunes una declaración institucional en la que pedirá al Gobierno que no haga obligatorio el uso del casco cuando se circule en bicicleta por la ciudad, como aparece redactado en el borrador de modificación del Reglamento General de Circulación.
El "desacuerdo" con esta propuesta de la Dirección General de Tráfico (DGT), basado en criterios de seguridad y económicos, figura de forma explícita en una declaración institucional suscrita por los cuatro grupos con representación en el Ayuntamiento -PP, PSOE, IU y UPyD-.
El texto de la proposición insta al Gobierno a "reconsiderar" la obligatoriedad del casco en bici "teniendo en cuenta las opiniones de los usuarios y de asociaciones pro-bicicleta a favor de implantar medidas de seguridad activas para mejorar la prevención de los accidentes de ciclistas".
Los cuatro grupos municipales de la capital consideran que la obligatoriedad del casco "afectará negativamente tanto al uso del servicio público de alquiler como al de la bicicleta particular".
Entienden además que eso "podría conllevar una reducción de usuarios y, por tanto, una disminución de la seguridad de los ciclistas".
Los perjuicios de esa medida se extenderían, a su juicio, a "los negocios y puestos de trabajo directamente relacionados con el sector de la bicicleta, a raíz de una más que probable caída de la demanda".
Para respaldar su demanda, los cuatro grupos municipales recuerdan que el uso del casco no es obligatorio "en los países con un elevado uso de este medio de transporte".
Mencionan además que diferentes colectivos de usuarios de la bicicleta, como la Coordinadora Con Bici, que representa a 58 asociaciones en toda España desde hace 25 años, y la Mesa de la Bicicleta, lo que reclaman son "más medidas de seguridad activas para prevenir accidentes".
Igualmente destacan que "en los últimos años muchos municipios españoles han venido apostando de manera firme por el fomento del uso de la bicicleta entre sus ciudadanos como medio de transporte y ocio, mejorando la movilidad dentro de los núcleos urbanos, la calidad del aire y la salud pública".
En Madrid, como en muchas otras ciudades, se han extendido en los últimos años los carriles reservados para bicicletas o las calles de circulación a baja velocidad para hacer compatible el uso de este medio de transporte con el resto de vehículos, y se ha comenzado a implantar sistemas de alquiler de bicis.
Pese a lo crítico de esta propuesta, el texto consensuado por los cuatro grupos municipales madrileños incluye un punto en que se valora "positivamente" que el nuevo redactado del reglamento General de Circulación "incida en la pacificación del tráfico, así como en el refuerzo de la seguridad vial y la promoción del uso de la bicicleta".