La suiza Nicola Spirig, que el mes pasado se proclamó campeona de Europa de triatlón en la localidad israelí de Eliat, refrendó su gran estado de forma al ganar la prueba del Mundial de Madrid, en la que la chilena Bárbara Riveros fue tercera y la guipuzcoana Ainhoa Murúa, la mejor española, sexta.
Spirig, nacida hace treinta años en Winkel, repitió hoy su triunfo de hace dos años en el circuito de la Casa de Campo, donde logró su primera victoria en una prueba de las Series Mundiales, durante la temporada que concluyó subcampeona del mundo.
La triatleta helvética cubrió el exigente circuito madrileño, de 1.500 metros a nado, cuarenta kilómetros en bici y diez más de carrera a pie en un tiempo ganador de dos horas, seis minutos y 34 segundos, tres menos que la irlandesa Aileen Morrison, que fue segunda, y con una ventaja de seis segundos sobre la chilena Bárbara Riveros, que, después de varios meses sin competir en la distancia olímpica, firmó hoy, sábado, un brillante tercer puesto.
Riveros, que desde hace unos meses se entrena en la localidad gallega de Pontevedra a las órdenes del asturiano Omar González, el técnico del doble campeón mundial español Javier Gómez Noya, demostró que no habrá que descartarla de la lista de favoritas en los Juegos de Londres.
Para los que pidió cartas Spirig y en los que tendrá también mucho que decir Murúa, que fue segunda en el europeo, por detrás de la suiza y que repitió hoy en el parque capitalino el sexto puesto logrado en Sydney (Australia), en la primera prueba del Mundial.
La neozelandesa Andrea Hewitt, subcampeona del mundo el año pasado y que partía como teórica favorita, perdió toda opción en las aguas del lago de la Casa de Campo.
La triatleta de Christchurch quedó cortada tras la primera transición y sólo gracias a una digna carrera a pie salvó los muebles con un noveno puesto que pudo haber sido mucho mejor si no hubiese salido del agua a medio minuto de la española Carolina Routier, nadadora reciclada al triatlón y que acabaría la prueba en el puesto 52, pero que fue la mejor en el primer segmento.
En el que no se usó neopreno, dado que el agua estaba a 24,2 grados, casi a temperatura de ambiente -el límite está en 20 grados-. Routier salió del estanque madrileño por delante de la japonesa Juri Ide y de la húngara Margit Vanek, con Ainhoa Murúa undécima, a siete segundos.
Una vez más se cumplió en Madrid la máxima de que en triatlón las pruebas se pierden en el agua y se ganan corriendo. Hewitt se despistó en el estanque capitalino, en el que Spirig estuvo lo suficientemente atenta para salir en el grupo delantero.
En el que rodaban entre otras Murúa, la británica Vicky Holland -séptima al final- y la australiana Emma Jackson, que promete mucho, pero que hoy no concluyó una prueba que abandonó tras el segmento ciclista, disputado en un trazado duro de cinco kilómetros al que se dieron ocho vueltas.
En el pelotón perseguidor, que pasó a veinte segundos tras la primera de las ocho vueltas-, pedaleaban, entre otras, la chilena Riveros, la francesa Carole Peon, la japonesa Mariko Adachi y la irlandesa Morrison.
Pasado el segundo giro, ambos grupos se fusionaron en el pelotón principal. Y el conjunto cabecero llegó a tener algo más de un minuto sobre el perseguidor, que había reducido a la mitad las diferencias a falta de dos vueltas para la conclusión del tramo ciclista.
La británica Liz Blatchford -décima hoy- y la suiza Daniela Ryf -que se desfondó en la carrera a pie-, que perdían más de un minuto a falta de tres giros, también enlazaron, antes de bajarse a correr, con el grupo cabecero, de más de veinte unidades.
Corriendo se formó un grupo compacto de siete, encabezado por Spirig, la alemana Anne Haug -que finalizaría cuarta-, Murúa, la holandesa Rachel Klamer -quinta-, Riveros, Morrison y Holland.
Holland y Murúa se rezagaron a mitad del trayecto a pie, pero la brava triatleta de Zarauz demostró que su línea es firme y que será un valor seguro para España en los Juegos de Londres, donde la acompañarán otra vasca, la vizcaína Zuriñe Rodríguez -que hoy acabó trigésima primera- y la madrileña Marina Damlaimcourt, retirada.
Spirig pegó el arreón definitivo a falta de doscientos metros y su ritmo sólo lo aguantaron hasta poco antes de línea de meta la irlandesa Morrison y la chilena Riveros, que tras la prueba indicó a Efe que dedicaba su tercer puesto "a la gente de Pontevedra", su nuevo hogar de adopción.
La cuarta prueba del Mundial, que sigue liderando la británica Helen Jenkins -ausente en Madrid-, se disputará en la localidad austríaca de Kitzbuehel (Austria) el próximo 24 de junio.