Las obras de mejora que se están llevando a cabo en la carretera M-220 a su paso por la localidad de Campo Real está utilizando, de manera pionera en España, un novedoso sistema de asfaltado de larga duración y bajo mantenimiento, el mismo con el que cuentan las pistas del aeropuerto de Barajas y el Circuito urbano de Valencia.
El director general de Carreteras, Borja Carabante, ha explicado durante una visita de obra a esta carretera, que este nuevo tipo de firme "permite alargar la vida de la carretera de los 20 a los 30 años". Se trata de la utilización de una mezcla con alto contenido en betún y de mayor grosor.
El proceso para este tipo de firme pasa por dos fases: en un primer momento, se recicla el firme existente y se reutiliza sobre la carretera añadiendo cemento, con lo que el grosor de esta primera capa aumenta considerablemente, pasando de los 30 centímetros habituales a los 34; en la segunda fase, se extiende una mezcla bituminosa con alto contenido en betún, lo que permite que la segunda capa proteja a la primera de la aparición de fisuras. Esta última capa mejora la impermeabilidad de la calzada, disminuyendo los efectos negativos derivados de la entrada de agua y partículas de polvo a través de las fisuras que se originan en el pavimento.
Esta novedosa técnica se está aplicando por primera vez en los trabajos de rehabilitación y mejora en el tramo de la M-220 que comunica Campo Real con la carretera de Valencia (A-3). Estos trabajos incluyen tanto la rehabilitación del firme de la carretera como la mejora del trazado de una curva peligrosa a través de una nueva variante.
La obra cuenta con un presupuesto de 2,1 millones de euros y un plazo de ejecución de 5 meses. Gracias a ellos se mejorará la seguridad de la circulación en un tramo de 8,7 kilómetros que registra una alta intensidad de circulación, sobre todo de vehículos pesados, y se eliminará un tramo de concentración de accidentes gracias a los trabajos en la curva.
En concreto, está actuación beneficiará a los vecinos de Campo Real, Arganda del Rey, Perales de Tajuña, Tielmes y Valdilecha, que utilizan esta vía para sus comunicaciones. Por este tramo circulan cada día casi 2.900 vehículos, de los que un 29 por ciento son camiones, lo que "justifica la realización de trabajos de conservación y mejora para evitar que el desgaste propio de su uso afecta a la seguridad de la circulación", a juicio de Carabante.