A las once menos cuarto de la noche, rodeado de miembros de su candidatura y del PSM, Jaime Lissavetzky, emocionado, hacía su análisis de lo que calificaba como "una noche dura" lo resumía en una sola palabra. Decepción. Asumía unos malos resultados, influidos, dice, por el contexto social y económico.
El PSOE ha perdido 3 concejales, quedándose con 15 ediles en el Ayuntamiento de Madrid. Con un 23,9 por ciento de los sufragios, siete puntos menos que en 2003, es el peor resultado de la historia electoral del partido en Madrid, unos números inferiores a los de la candidatura socialista regional.
Jaime Lissavetzky, flanqueado por Ruth Porta, Diego Cruz y Maru Menéndez, el socialista ha confesado su "decepción" por el resultado para apuntar como causas las "condiciones adversas" ya señaladas por Elena Valenciano, una situación marcada por la "crisis y el malestar colectivo y legítimo".
Lissavetzky ha asegurado que todo eso se traduce en "ganas de trabajar desde mañana mismo". "He dado todo lo de dentro de mí, mi dedicación, mi interés y pasión por Madrid. Desde mañana empezaremos a trabajar por Madrid, de modo que no defraude a quien ha depositado su voto en mí y en ganar la confianza de quien no nos la ha dado", ha subrayado.
A Gallardón le ha deseado "suerte" para los próximos cuatros años mientras que se ha comprometido a hacer una oposición "leal y constructiva". "Haré mi trabajo de la mejor manera. Los electores han decidido que ocupe un lugar en la oposición a lo largo de toda la legislatura", ha declarado después de brindar su apoyo en todos los temas esenciales que implican al Ayuntamiento, como el empleo. "Reitero mi apoyo a trabajar conjuntamente y con el deseo de trabajar por Madrid y los madrileños", ha subrayado.
"No les voy a defraudar, téngalo por seguro", les ha dicho a sus colaboradores. Lissavetzky no ha querido dejar el atril sin agradecer a los militantes del PSM su apoyo, igual que al secretario general, Tomás Gómez, y a su equipo.