La defensa de los socios de Kontrol 34 ha cargado hoy en el juicio del Madrid Arena contra la promotora de la fiesta Diviertt, al defender que los empleados que cedió a Miguel Ángel Flores eran responsables de este último ya que fue él quien los contrató y los dio de alta en la Seguridad Social.
"Desde el momento en que eran dados de alta en la Seguridad Social, los controladores pasaban a ser empleados de Diviertt, no ya de Kontrol 34" ha señalado el letrado Oscar Zein en la tercera sesión de los informes finales de las defensas en la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid.
En su comparecencia, ha mostrado su "absoluta disconformidad" con los informes de la Fiscalía y las acusaciones, por lo que ha pedido la absolución de Carlos Manzanares y Emilio Belliard, socios de Kontrol 34, al "no haber prueba de cargo suficiente" contra ellos. El fiscal pide tres años de prisión para cada uno de ellos.
Ambos estuvieron presentes en el evento aunque "a título personal", es decir, "no tuvieron nada que ver" con la fiesta de Halloween. "No tenían ni sus teléfonos, nadie tenia ningún dato de Kontrol 34", ha añadido el abogado.
"Jamás existió participación alguna, nada tuvieron que ver con el desarrollo del evento, absolutamente nada", ha agregado el abogado.
CONTROLADORES SIN AUTORIDAD
Es más, ha subrayado que "no se ha visto nunca a Manzanares ni a Belliard hablar con las personas contratadas por Diviertt, ni se les ha visto dar orden o sugerencia alguna ya que no podían hacerlo". "No tenían autoridad alguna", ha manifestado.
Kontrol 34 facilitó 75 controladores a la promotora del evento Diviertt que se ocupaba de su contratación y alta en la seguridad social. "Desde ese momento, era ya trabajadores de Diviertt", ha precisado el letrado, que ha recordado que Flores venía trabajando desde hacía años con Kontrol 34 en todos sus eventos.
Por ese motivo, ha dicho, Manzanares y Belliard acudieron al pabellón, para cerciorarse de que todo estaba correcto y de que los trabajadores que habían cedido a Flores habían llegado y estaba todo correcto. "Querían que el cliente se sintiera cómodo", ha apostillado.
Además, ha querido dejar claro que los empleados de Kontrol 34 eran auxiliares y ha negado que pudiera atribuirse a ellos la responsabilidad en la seguridad interior del evento. "No se sabe por qué los controladores se convierten en seguridad interior", ha aseverado el letrado.
EL SAMUR HIZO LO MISMO
Por su parte La defensa de los responsables del equipo médico en la fiesta del Madrid Arena Simón Viñals y su hijo Carlos ha dicho hoy en el juicio que el Samur hizo "exactamente lo mismo e incluso menos" que los acusados cuando acudieron al recinto para atender a las jóvenes que estaban en parada cardíaca.
"El Samur en sus primeras actuaciones hizo exactamente lo mismo que Viñals y su equipo e incluso menos porque aplicaron elementos de RCP avanzada como adrenalina", ha señalado el letrado Jose Crespo en la tercera sesión de los informes finales de las defensas en la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid.
Ha defendido que los médicos atendieron a Cristina Arce, Rocío Oña y Katia Esteban, es decir, que no las dieron por fallecidas ya que "sí se les practicaron maniobras de reanimación", como reconoció el Ministerio Fiscal en su informe final, aunque este último subrayó que fueron "insuficientes e inadecuadas".
"Su diagnóstico siempre fue de parada cardiaca y de difícil recuperación" pero "nunca nadie las dio por muertas", ha destacado el abogado de los médicos, pese a que la fiscal Ana Muñoz manifestó que sí que hubo un error "inadmisible e inexcusable".
En contra de lo manifestado por la Fiscalía, que señaló que "dada su edad Simon Viñals (77 años en el momento de los hechos) asumió una función que sobrepasaba su capacidad", el letrado ha defendido que el doctor "estaba plenamente capacitado para ejercer como médico en toda regla". Es más, ha dicho que aquella noche estaba en "perfecta condición física y psíquica".