"Después de toda la cantidad de personas que estoy oyendo, mi sensación es que en la época de su marido dos personas de un pueblo tan grande como Valdemoro se han llevado el 80 por ciento del mercado inmobiliario, que son David Marjaliza y Cid Sicluna (Ramiro)", le dijo el juez Eloy Velasco a la mujer de Granados.
Nieves Alarcón, esposa del exconsejero madrileño y presunto cerebro de la trama Púnica, Francisco Granados, fue interrogada como imputada acerca de las presuntas actividades ilegales de su esposo a lo largo de una hora el pasado 29 de enero.
El juez Eloy Velasco comienza preguntando por la cuenta de Suiza que abrió con su marido, para después indagar sobre presuntas contraprestaciones a Marjaliza y Cid Sicluna, así como sobre su etapa de consejera en Caja Madrid, hasta llegar a interrogarla acerca del presunto "conseguidor" de la trama Alejandro de Pedro.
Sobre este último, Alarcón asegura que su marido le comentó que ya trabajaba para la Comunidad de Madrid cuando el entró a formar parte del Gobierno regional como consejero y hablaron de él cuando ella le dijo que estaba harta de que sus alumnos en la universidad la reconocieran como la mujer de Granados.
Reconoció así que su marido habló con él para ver cómo podían mejorar su reputación en internet, pero finamente no hicieron nada porque esto ocurrió dos semanas antes de las detenciones. Negó además tajantemente que De Pedro fuera a hacerlo en agradecimiento a favores de su marido.
Alarcón también dio explicaciones sobre su etapa de consejera en Caja Madrid como asesora en temas de pensiones, cargo que ejerció casi 4 años hasta que en 2012 pasó a ser Bankia y por el que cobraba "unos 1.100 euros al mes".
Aunque no supo decir quien la designó sino únicamente que la pidieron el currículum y luego la llamaron para hacerla entrevistas ante consejeros "del PP, PSOE, IU, sindicatos y el banco", admitió que fue elegida para ese cargo cuando su marido ostentaba aún un cargo político.
"Pero como muchos de los que estábamos allí. Yo he coincidido con muchos maridos y mujeres. Supongo que para cosas de confianza uno tiene los mismos derechos. Yo llevo 24 años de profesora de Economía en la universidad y tengo los mismos derechos que cualquier otra persona".
Respecto a la cuenta que admitió haber abierto en Suiza con su marido "en el noventa y tantos", dijo desconocer si Marjaliza estaba autorizado para operar en esa cuenta. "Como ya declaré ante la Guardia Civil lo único que hice fue firmar la apertura de la cuenta en un hotel (de Madrid) y no he vuelto a saber nada más", respondió.
El juez, tras mostrar su incredulidad ante la apertura de una cuenta en Suiza para operar en la bolsa española, le preguntó entonces por dos transferencias desde esa cuenta en julio de 2007 por 1,6 millones de euros y por 3.336 euros a favor de Marjaliza. A lo que esta respondió que en esa época su marido no tenía esa cuenta porque la cerró al entrar en política "antes del año 2000" y "nunca ha habido otra cuenta".
Sin embargo, el juez le dejó entrever que esas transferencias obedecen a una contraprestación de Marjaliza a Granados enmascarada en la venta de unas parcelas en Valdemoro que el exconsejero heredó de su padre, parte de las cuales vendió a su amigo de la infancia a un precio un 1.500% superior al establecido.Hipótesis que la mujer también rechazó, insistiendo en que se vendieron a precio de mercado.
Otro regalo que el juez cree que Marjaliza hizo a Granados es la casa que el matrimonio tiene en Marbella desde 2010, extremo que Alarcón también negó asegurando haberla pagado con tres cheques por un valor total de 300.000 euros, dinero que obtuvo de la venta de las citadas parcelas.
El juez también quiso saber qué relación tenía con el constructor Ramiro Cid Sicluna, vinculado con la construcción de un chalé en una zona de Valdemoro conocida como El Caracol, que se sospecha iba a ser un regalo a Granados.
Alarcón dijo que solo le conocía de vista, y negó que los terrenos y la casa que en ellos se construye hubiese sido de su propiedad, si bien reconoció que le interesaba y fue alguna vez a ver cómo iba la construcción, pero que no aceptaron el proyecto porque les pareció caro. "Si hubiera sido un regalo nos lo hubiera dado pero nosotros no lo compramos porque nos parecía caro".
También dijo que conocía a Javier López Madrid, yerno de Juan Miguel Villar Mir, pero negó que ella o su marido hubieran navegado en su barco con el actual rey, así como haber adquirido ella esa embarcación "y mi marido, que yo sepa", tampoco. En ese momento el juez le habla de unos correos dirigidos a ella sobre la venta de ese barco, a lo que respondió que sería porque se vendía a una cantidad "ridícula".
"¿Cómo sabe que es ridícula?", le preguntó entonces el juez. "Lo imagino porque el barco tenía entonces 30 años", contestó