Doce escenas recrearán la muerte y resurrección de Jesús en la Pasión Viviente que se celebrará el Sábado Santo en Colmenar Viejo. La Pasión Viviente, organizada por la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora en colaboración con la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Colmenar Viejo y que suele reunir a 6.000 personas, contará con la participación de más de 250 figurantes, con edades comprendidas entre los 5 y los 80 años, y entre ellos algunas familias enteras, todos ellos coordinados por equipo técnico encargado de preparar cada una de las escenas.
Todos ellos llevan trabajando desde hace tres meses para "conseguir que hasta el más mínimo detalle despierte la ilusión en los espectadores de esta representación que recrea los pasajes más impactantes de la Biblia".
Aunque la mayoría de los figurantes son vecinos de Colmenar Viejo, también participarán en la representación algunos vecinos llegados de otros municipios de la comarca o incluso, de Madrid.
Los visitantes podrán disfrutar de un paseo contemplativo por las doce escenas principales de la muerte y resurrección de Cristo, comenzando por La Entrada en Jerusalén y terminando con La Resurrección, dos cuadros que simbolizan un mismo sentimiento: la grandeza de la esperanza en el destino.
En medio de ese camino, hasta diez paradas más trasladarán a los espectadores a momentos como la Expulsión del Templo, la Ultima Cena, El Prendimiento, Jesús ante el Sanedrín, Jesús ante Pilatos, Tercera Caída, La Crucifixión, El Descendimiento, La Piedad y El Santo Sepulcro.
Este año, las principales novedades son, por una parte, el nuevo itinerario del recorrido: comienza en la calle Cadena esquina Callejón de la Torrera y prosigue por la calle Cadena, Maestro Gregorio Baudot, Plaza de la Berenjena, calle Reloj, calle Viento y Plaza de Luis Gutiérrez para entrar en la Basílica y salir y finalizar por la callePilar esquina calle Prim.
También se ha renovado el vestuario, el atrezzo y los decorados de varios cuadros y se han realizado cambios en las escenografía con el fin de impactar a los espectadores con el mayor realismo posible, especialmente en los cuadros de la Crucifixión, el Descendimiento y la Piedad.