El papa ha agradecido hoy como deber de justicia y necesidad del corazón que los miles de voluntarios de la JMJ hayan renunciado a participar de manera directa en los actos y celebraciones de la JMJ, como un modo hermoso y evangélico de implicarse: la entrega a los demás de la que habla Jesús.
"Dejaos llevar por el Señor y ofreceos como voluntarios al servicio" de Cristo, los ha animado si la experiencia de estos días les despierta la inquietud de preguntarse qué quiere Dios de ellos: si seguirlo más de cerca y anunciar la grandeza de su amor en el sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio. Si es así, "vuestra vida alcanzará una plenitud insospechada", ha dicho Benedicto XVI a varios miles de ellos, con los que se ha reunido en IFEMA al término de la Jornada Mundial de la Juventud.
Así, el papa, que ha sido recibido con gritos de "¡Esta es la juventud del papa!" y ha sido interrumpido en diversas ocasiones con aplausos, les ha pedido que respondan con amor a quien por amor ha entregado por todos.
"El Señor transformará vuestro cansancio acumulado, les ha dicho, las preocupaciones y el agobio de muchos momentos en frutos de virtudes cristianas: paciencia, mansedumbre, alegría, el darse a los demás, disponibilidad para cumplir la voluntad de Dios. Amar es servir y el servicio acrecienta el amor". Esta "cosecha", ha explicado, es de la Iglesia entera, que se enriquece con la aportación de cada uno de sus miembros como "misterio de comunión".
El Santo Padre les ha reiterado las gracias "muy vivamente" por su "inestimable" servicio, de amabilidad, simpatía y entrega a los peregrinos. Pero "no sólo habéis estado atentos a los peregrinos, sino también al papa", ha subrayado.
Con todo este "gesto entrañable de amor" han hecho realidad, en cierto sentido, las palabras de Jesús: "Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos" (Mc 9,35). Su intervención ha concluido con el rezo de un padrenuestro y vivas al pontífice, así como una bendición.
Por su parte, el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, ha señalado que los voluntarios han constituido un "factor clave" en la preparación de la JMJ y que la propia palabra "voluntarios" es "manifiestamente insuficiente" para poder comprender y expresar su esfuerzo, sacrificio, desprendimiento y el estilo impreso a su comportamiento y servicio prestado.
Rouco, que también ha sido vitoreado por los asistentes, ha destacado su excepcional "calidad humana" y ha considerado que les ha movido el amor: "han querido ser unos verdaderos 'apóstoles' de sus jóvenes compañeros, ¡y lo han logrado!". "La despedida se les hace difícil, ¡se nos hace difícil a todos! Ha oído (el papa) estos días de sus labios juveniles reiteradamente el '¡le queremos!'. Eso es: ¡le queremos, Santo Padre! ¡Bendíganos!", ha concluido Rouco.
Giselle Azevedo, misionera carioca de 28 años quien ha hablado en español y portugués, ha indicado en el encuentro que la jornada le ha confirmado que "la Iglesia está viva y es joven" y que "era mi lugar". "Hemos recibido mucho más de lo que hemos dado. Hemos podido maravillarnos con el misterio de la universalidad de la Iglesia. Jóvenes de todo el mundo unidos por una única persona: Jesucristo", ha opinado Azevedo, quien ha agradecido la elección de Río de Janeiro como próxima sede de la JMJ.
Por su parte, Javier Reyes, maestro y voluntario de 25 años, ha dado las gracias al papa en nombre de todos por el hecho de haber podido vivir "esta maravillosa experiencia y fiesta de fe" y de tener confianza en ellos. "Tenemos ganas de trabajar y aprender y la Iglesia nos regala esta oportunidad. Santidad, su testimonio de entrega, manifestado en este viaje apostólico a Madrid, ha sido un ejemplo para la juventud", según Reyes, quien ha invitado al papa a que vuelva "siempre que quiera a esta su casa, de puertas abiertas".
A su llegada al pabellón 9 de IFEMA, el "papamóvil" se ha detenido en varias ocasiones para que se pudiera acercar al pontífice a varios bebes a los que ha besado y los voluntarios han corrido de un lado para otro para poder verlo una y otra vez. El Papa ha sido recibido, con la canción "Firmes en la fe", a su llegada a la Institución Ferial de Madrid (IFEMA) alrededor de las 17.15 horas por el presidente de IFEMA, José María Álvarez del Manzano, y 12.500 voluntarios -según la organización- en un encuentro tradicional de la JMJ con el que el pontífice quiere acercarse a los jóvenes que han hecho posible que otros muchos puedan participar en las celebraciones.