El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Borja Sarasola, ha presentado junto con el escritor y periodista Alfonso Ussía el libro 'Historia del vino de Madrid"', que se amplía en esta edición relatando la nueva 'edad de oro' de los caldos de la región, que tiene como punto de inflexión la declaración de la Denominación de Origen Vinos de Madrid en 1990.
La nueva edición de 'Historia del Vino de Madrid' completa lo escrito en 2002 por Leocadio Machado, y nace de la intención de narrar lo sucedido en la viticultura madrileña en los últimos años de la mano de distintos autores. Esta edición ha sido financiada por la Comunidad y el Consejo Regulador de la D.O. Vinos de Madrid.
"Las tres subzonas vitivinícolas de región (Navalcarnero, Arganda y San Martín de Valdeiglesias) han sabido aprovechar las ventajas de la capital como nodo de comunicaciones, la presencia de mano de obra cualificada y la colaboración que la Comunidad de Madrid les ofrece en investigación, innovación y comercialización", ha señalado Sarasola.
El consejero destacó en la presentación del libro que ver el devenir de los vinos de Madrid desde sus orígenes ayuda a comprender mejor dónde están y hacia dónde van. Además, ha comentado que hasta finales del siglo XIX los madrileños preferían el vino de su provincia a cualquier otro y que en tiempos de Felipe VI había 400 calles en Madrid y 450 tabernas.
"Nuevas generaciones de emprendedores han empezado a tomar el relevo y estoy convencido de que Madrid tiene mucho que aportar al futuro del vino español. Y si logramos que Madrid recupere el aprecio y el orgullo por sus vinos que éstos merecen, sin duda van a hacer falta muchas más hectáreas de viñedo", ha dicho.
En este sentido, Sarasola ha indicado que en sus mejores tiempos vitivinícolas la región alcanzó las 30.000 hectáreas, mientras que ahora estamos en 12.000.
"Madrid tiene mucho que aportar al futuro del vino español y no me cabe duda de que la Comunidad de Madrid estará siempre, como ahora, trabajando con el objetivo de que el siglo XXI sea un nuevo siglo de Oro para los vinos madrileños", ha dicho.
Por su parte, Alfonso Ussía ha remarcado que todos los monarcas españoles y todos los escritores del siglo de Oro bebieron vinos de Madrid. "Si lo bebió Felipe IV, si lo bebió Cervantes, Quevedo y Góngora y si lo bebió Pedro Calderón de la Barca, *por qué no lo vamos a beber nosotros?", se ha preguntado.
DOS MIL AÑOS DE HISTORIA DE LOS VINOS DE MADRID
Los primeros documentos que acreditan la existencia de viñedos y vino en Madrid son del siglo XII, si bien parece confirmado que las primeras plantaciones de viñedos en la Comunidad fueron realizadas con la conquista romana. Durante muchos siglos el viñedo fue el cultivo más importante tras los cereales, y la creación de Madrid como capital de España potenció el auge de algunas zonas, si bien eso supuso la desaparición de huertos en las zonas de Antón Martín y Santo Domingo.
Dado que el vino producido en la región no bastaba para atender a la población, relata el libro, casi ninguno se vendía fuera de Madrid. Sin embargo, San Martín de Valdeiglesias fue pionero en la exportación de sus caldos a Segovia y Avila. Hasta bien entrado el siglo XIX los vinos de la región fueron los preferidos por los madrileños.
La primera epidemia de filoxera que llegó a Madrid en el siglo XVI acabó con las variedades manzanillo, pago de Colmenares, o arijes, si bien sobrevivieron garnacha, airén, malvar, albillo o pardillo, aunque el declive de los vinos de Madrid se inició en 1804, con una pésima cosecha que limitó el género.
Nuevas plagas de filoxera y la apertura de comunicaciones a través del ferrocarril abrieron el camino a vinos traídos de otras regiones y el viñedo se refugió en el sur de la región. La Guerra Civil destruyó muchos viñedos y el desarrollo de la región a partir de 1950 sustituyó viñas por cemento.
A partir de 1980, como cuenta 'Historia del vino de Madrid', los agricultores comenzaron a organizarse para recuperar los caldos y la Administración regional apoyó de forma decidida los trabajos que culminaron en 1990 con la creación de la Denominación de Origen Vinos de Madrid.
Gracias al trabajo realizado en estos treinta años, los vinos de la región han logrado un amplio reconocimiento por su calidad, que se ha visto refrendado con distinciones nacionales e internacionales y con un el aumento de las exportaciones, además de contar con el favor de hosteleros y comercios especializados.
OCTAVO LUGAR EN COMERCIALIZACION
Los Vinos de Madrid se han situado ya en el octavo lugar por comercialización en el mercado madrileño, y cerca del 80 por ciento de los restaurantes de mayor prestigio de la región los incluyen en sus cartas, según datos de la Consejería.
Actualmente Madrid cuenta con 2.800 viticultores que cultivan 16.000 hectáreas de viñedo en 58 municipios del Sur de la región, agrupados en tres subzonas. Se producen tres millones de botellas, el 25 por ciento de ellas destinadas a la exportación internacional.
La Denominación de Origen (D.O.) Vinos de Madrid ampara a 44 bodegas que dan trabajo a 3.000 personas en 8.800 hectáreas en la temporada de vendimia. La D.O. comercializa anualmente en torno a 4 millones de botellas.
El titular regional de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha subrayado que los caldos matritenses alcanzaron vieron reforzada su presencia en los premios nacionales Baccus y consiguieron cuatro galardones en el certamen internacional de Bruselas.