Del Samahain de los celtas a la fiesta de Halloween, que se llevaron los inmigrantes irlandeses a Estados Unidos. La noche de las brujas tal y como la conocemos data de 1921. Desde entonces, los norteamericanos celebran cada 1 de noviembre por todo lo alto. La tradición ha saltado de continente y en los últimos años, Haloween también es una fiesta más en España.
En varias localidades gallegas han redescubierto recientemente la antigua tradición celta y se tallan calabazas secas.
Según algunos sociólogos, la implantación de Halloween en nuestro país se debe fundamentalmente a que es una ocasión para frivolizar con la muerte. Pero también a la secularización de las sociedades.
Para muchos se trata de una divertida fiesta. Para otros, como algunos vecinos de los barrios de Mirasierra o Alameda de Osuna, la noche de Halloween es sinónimo de gamberrismo. Pandillas de adolescentes se dedican a lanzar huevos contra autobuses y comercios.
Varios vehículos, de hasta cinco líneas de la EMT, han sufrido esta pesada broma. En algunos casos, se han llegado a romper lunas.
Guste más a unos que a otros, lo cierto es que lo de asustar al projimo cada 1 de noviembre se ha convertido ya en una costumbre también española.