La Fiscalía de Madrid recurrirá la retirada de la orden de alejamiento que tenía sobre su mujer el padre de los niños de Colmenar Viejo supuestamente maltratados por sus progenitores, que el juez ordenó retirar el lunes al considerar que no existía riesgo para la mujer, quien insistió en poder estar con su marido.
Fuentes del Ministerio Público han adelantado que el fiscal recurrirá la decisión del titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Colmenar Viejo de aceptar la retirada de la orden de protección sobre la mujer que se acordó tras la detención del matrimonio, y que el magistrado dictó el lunes al considerar que no existe un "riesgo objetivo y presente" para la mujer, que ha sido quien ha pedido de forma reiterada el cese de esta medida.
En ese auto el juez accedió a esta petición, pese a que la Fiscalía se opuso a la misma ante la posibilidad de que la mujer hiciera esta petición al sentirse coaccionada por su marido.
Frente al "encomiable esfuerzo" del Ministerio Fiscal, al solicitar una serie de diligencias para tratar de determinar si la mujer "está condicionada por el coinvestigado, hasta el punto de 'viciar' su voluntad", el magistrado valoró la "firmeza" con la que ésta ha mantenido su solicitud.
Sin embargo el magistrado detalló en su auto que sí podría haber riesgo si se cesara la protección la protección de los menores frente a los progenitores.
La Fiscalía volverá a defender ahora su postura presentando recurso contra ese auto.
Por otra parte, el magistrado del caso ha citado para el 1 y 2 de junio a algunos de los ocho niños presuntamente maltratados por sus padres para tomarles testimonio de manera que sirva como prueba preconstituida de cara al posible futuro juicio que se celebre por estos hechos.
A día de hoy los padres tienen retirada la patria potestad de sus ocho hijos de entre 4 y 14 años, que están a cargo de los servicios sociales, y el hombre investigado, médico en el hospital Gregorio Marañón, sigue ejerciendo.
La investigación policial apunta a que la mujer, de 44 años, estaba "totalmente sometida" por su marido, quien se aprovechaba de su condición como médico para justificar las continuas ausencias de sus hijos en el colegio, y quien se había encargado de evitar, con un total "hermetismo", que los maltratos a los menores salieran a la luz.