Entra en funcionamiento el nuevo puente de La Paloma sobre la M-30

El nuevo puente de La Paloma, que sobrevuela la M-30, permitirá a los vecinos de Chamartín y Ciudad Lineal cruzar a pie de un lado a otro de la carretera de circunvalación ya está operativo. Esta pasarela conecta, a través de 191,40 metros, la avenida de Burgos en el distrito de Chamartín con la calle de Serrano Galvache, en Ciudad Lineal a la altura de la estación de metro Bambú.

Se trata de una pasarela formada por una sección en forma de 'C' compuesta por celosías triangulares constituidas por cajones de acero con forma trapezoidal y forma curva, en planta.

El ancho de la pasarela y de las rampas alcanza los cinco metros y en la construcción de la misma se han empleado más de 365.000 kilos de acero laminado, 535 metros cúbicos de hormigón, 370 metros de barandilla y 1.000 metros cuadrados de pavimento. Todo con una inversión de 2,95 millones de euros.

SIETE PASOS EN LA M-30

Este es el último de los siete pasos peatonales construidos o adaptados en este mandato por el área de Obras y Espacios Públicos en el arco este de la M-30, gracias a los cuales los más de 996.500 vecinos de Retiro, Salamanca, Puente de Vallecas, Moratalaz, Ciudad Lineal y Chamartín dirán adiós definitivamente a la barrera que hasta ahora suponía la vía en esa zona de Madrid.

Junto con el puente de La Paloma, se han construido o adaptado la pasarela del parque de las Adelfas, que une los distritos de Retiro y Puente de Vallecas; el nuevo paso peatonal entre Retiro y Moratalaz, en el parque de Roma; la pasarela de Ramón de Aguinaga, que une Salamanca con Ciudad Lineal; la nueva pasarela en el parque de Breogán, que une también Salamanca y Ciudad Lineal; la pasarela del polideportivo San Juan Bautista, entre Ciudad Lineal y Chamartín, que sustituye a la anteriormente existente en ese punto, resolviendo los problemas estructurales de gálibo y accesibilidad que presentaba la anterior; y pasarela Angel Gordillo, entre Ciudad Lineal y Chamartín, que fue adecuada para hacerla accesible a personas con movilidad reducida.

Todas las pasarelas, completamente accesibles y sin rampas excesivas, comparten diseño, materiales anti-vandálicos, una anchura mínima de cinco metros, un sistema de alumbrado reforzado para incrementar la seguridad, y partes cubiertas para protegerse del sol, el frío o la lluvia.

Su construcción ha contemplado el equilibrio entre funcionalidad y estética, integrando la estructura en el paisaje. El resultado son cómodos itinerarios y trazados más cortos para fomentar su uso. Además, el sello de la arquitecta Teresa Sapey ha quedado plasmado en dos de estos pasos: parque de Adelfas y parque de Roma.

En total, con la construcción o adaptación de estas siete pasarelas, la ciudad consigue mejorar las conexiones de seis de sus distritos, beneficiando directamente a casi un millón de personas, con un total de 1.370,49 nuevos metros de pasos peatonales. La inversión total de las siete pasarelas ha sido de 15,58 millones de euros.