El obús encontrado esta semana en un encinar cercano a la universidad Francisco de Vitoria no es el primero que ha aparecido este año en la capital, puesto que otro proyectil del mismo tipo fue localizado a finales de febrero en el transcurso de unas obras de cimentación en la calle Adrián Andrés de Madrid, según ha informado la asociación de Amigos de la Dehesa de la Villa.
El obús de la Guerra Civil tenía un calibre de 155 y medía unos 60 centímetros de longitud y 20 centímetros de ancho. La existencia del proyectil se sospechaba desde hacía tiempo. Un vecino de la misma calle ya había informado cuando comenzaron las obras de la nueva vivienda, en el mes de enero pasado, de que en el pozo artesiano de la antigua vivienda había enterrado un proyectil, sin explotar, lanzado en 1937 y 1938.
De hecho, pasados más de 20 años de la contienda avisaron a los artificieros de la Policía advirtiendo que estaba sin explotar. Acudieron a la vivienda, lo inspeccionaron, lo miraron, desaguaron el pozo, pero no lo tocaron. Decidieron que lo mejor era echar tierra encima y allí lo dejaron.
Ahora, en las obras de cimentación encontraron el obús intacto, por lo que avisaron a los artificieros, al Samur, a la Policía Municipal y al transporte especial de bombas. Los profesionales cortaron todas la calles adyacentes y se evacuaron a los vecinos de los números 3, 5 y 7 de la calle Adrián Andrés durante las casi 5 horas que se tardó en extraer el proyectil, que estaba incrustado en la tierra.
Incluso parece ser que se plantearon explosionarlo allí mismo, pero se desestimó porque la punta estaba algo fisurada y temían que pudiera explotar en cualquier momento, ha señalado la asociación.
No es la primera vez que aparecen obuses en la Dehesa o sus alrededores, una zona donde hubo importantes contiendas en la Guerra Civil española. De hecho, en 1972, en las obras del nuevo quiosco de La Paloma encontraron proyectiles sin explotar y fueron retirados por la Policía.
Más recientemente, en junio de 1994, apareció otro obús en las obras de construcción de una nueva urbanización en la zona comprendida entre las calles Isla de Oza, Mecánico Rada e Islas Marianas. En aquella ocasión, los artificieros decidieron hacerlo explotar allí mismo.
"Algunos vecinos aún recuerdan la enorme explosión, que sacudió e hizo vibrar los cristales de las casas vecinas e incluso que abundantes restos de metralla traspasaron el cordón de seguridad establecido impactando contra viviendas en las calles Federico Carlos Sainz de Roble y Aguilar de Campoo", han concluido los Amigos de la Dehesa de la Villa.