La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a dos años y dos meses de cárcel y ha impuesto una orden de alejamiento de cinco años al trabajador de una residencia de la capital que abusó sexualmente de una anciana de 94 años.
Además, el tribunal inhabilita durante tres años al condenado para desarrollar su profesión como auxiliar de enfermería y para cualquier otra actividad que conlleve el contacto con menores, pues su trabajo "propició y facilitó al acusado la comisión del delito", recalca la sentencia hecha pública este martes.
También tendrá que indemnizar a la víctima con 3.500 euros en concepto de reparación del daño moral causado por el atentado a su libertad sexual.
La pena, agravada por la vulnerabilidad de la anciana, se establece de acuerdo con la redacción del Código Penal previa a la aprobación de la conocida como ley del solo sí es sí, vigente cuando se produjeron los hechos y más favorable al reo.
En el juicio, celebrado el pasado 2 de febrero, la anciana ratificó que el hombre le tocó el pecho y le pellizcó los pezones, mientras que el acusado, para quien la Fiscalía pedía tres años de prisión, negó los hechos, aunque reconoció que pudo cometer "errores" por su inexperiencia.
Los magistrados aseguran en su auto que la víctima fue "clara a la hora de definir la conducta del acusado a la que atribuye un inequívoco sentido sexual" y que, pese a la negación del delito por parte del trabajador de la residencia, es la versión de la denunciante la que logra convencer al tribunal.
Los hechos ocurrieron en agosto de 2019 en una residencia privada del barrio madrileño de Pacífico, cuando el empleado llevaba solo un día trabajando allí.
A la hora de acostar a los residentes, entró en la habitación de la mujer, le "metió la mano por debajo del camisón" y le hizo tocamientos en ambos pechos durante "mucho tiempo", según declaró la anciana, que tenía entonces 94 años.
La hija de la víctima recordó durante el juicio que, según lo que le contó su madre después de que ocurrieran los hechos, el acusado "hizo comentarios sobre sus pechos" y que su madre "lloraba cada vez que hablaba de lo ocurrido".
Por su parte, el autor de los abusos negó "haber tocado los pezones o haber hecho comentarios sobre sus pechos" y alegó una "inexperiencia" que le pudo llevar a cometer "errores", pues estaba "atrasado y nervioso" en el que era su segundo día de trabajo.