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Los Mossos d'Esquadra han detenido a tres personas, de 36, 37 y 38 años, españoles y vecinos de Ciempozuelos, como presuntos autores de un delito de estafa por defraudar más de un millón de euros a la banca electrónica mediante correos electrónicos, una práctica conocida como mailer.

Según ha informado la policía catalana en un comunicado, les detuvo el 4 de febrero tras una investigación iniciada en agosto de 2014, cuando recibieron una denuncia alertando de varias transferencias no consentidas por importes superiores a 600.000 euros desde la cuenta de una sociedad mercantil hacia las de varias personas y una sociedad de Ciempozuelos.

Los receptores del dinero tenían una actividad continuada y recibían numerosas transferencias, tanto nacionales como internacionales, con víctimas que eran desde particulares, empresas, cooperativas hasta comunidades de vecinos.

Los policías han acreditado que se han transferido de forma ilícita cantidades de dinero que rebasan el millón de euros, con cuentas corrientes de entidades financieras de España y de terceros países como Venezuela, República Dominicana, Canadá y Estados Unidos.

En todos los casos el procedimiento utilizado ha sido el mismo: transferencias bancarias realizadas desde las cuentas de origen, que habrían sido activadas al recibir una orden desde las cuentas usurpadas.

Con el apoyo de la Guardia Civil de Valdemoro (Madrid), los Mossos realizaron tres entradas y registros en dos domicilios y una gestoría de Ciempozuelos y detuvieron a tres personas, dos de las cuales eran administradores de una correduría de seguros.Los tres detenidos pasaron a disposición judicial y el juez ha decretado libertad con cargos para los tres.

METODO NUEVO

El modus operandi utilizado se denomina mailer y consiste en engañar a las entidades bancarias a partir de la usurpación de la cuenta de correo electrónico de los titulares y el envío de documentos de orden de transferencia falsificados, que tienen una notable similitud con los utilizados en ocasiones anteriores.

Se trata de un fenómeno nuevo que en el último año ha afectado a un número significativo de empresas y por importes bastante elevados, ya que se enfocan a víctimas del fraude suelen disponer de cuentas corrientes con alta liquidez, tanto si pertenecen a personas físicas o empresas.

Dado que el aumento de hechos denunciados de esta tipología delictiva ha coincidido en el tiempo con el decrecimiento de la práctica ilícita conocida como el phishing bancario: fraude que se hace con un correo electrónico o mensajería instantánea para pedir datos sobre las tarjetas de crédito y claves bancarias.

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que los grupos criminales que hay detrás de esta nueva modalidad sean los mismos grupos, que han adaptado su actividad criminal.