Sin licencia para tatuar, nulas medidas de higiene, agujas sin esterilizar y con una menor sin formación que se anunciaba en redes sociales como tatuadora. Es lo que se encontró la Policía Municipal en el distrito de Carabanchel tras la denuncia de una mujer cuando su hija llegó a casa con un dibujo sobre su piel.
Así resumen fuentes de la Policía Municipal el hallazgo la semana pasada de un local clandestino de tatuajes situado en el distrito de Carabanchel que, según han señalado desde el Ayuntamiento de Madrid, ha sido clausurado.
Fue cuando una mujer presentó una queja ante los agentes después d que su hija menor de edad se hubiera hecho un tatuaje por 35 euros sin que el estudio le exigiera la autorización obligatoria de sus padres o tutores.
Los agentes de la unidad de Carabanchel acudieron al lugar, que ni siquiera tenía un rótulo de estudio de tatuajes, donde trabajaban dos personas, entre ellas una chica de 17 años que era la que había tatuado a la menor.
La Policía Municipal comprobó que el local no tenía ningún tipo de licencia para desarrollar esta actividad y que no contaba con medidas higiénicas: agujas sin esterilizar y ningún recipiente para tirar los residuos peligrosos. Pero además las marcas de tinta empleadas para los tatuajes no están en España homologadas, por lo que no pueden usarse.
Los agentes de la Policía Municipal levantaron acta de la inspección y trasladaron a la Junta de distrito y a la Policía Nacional su actuación por si los hechos fueran constitutivos de un delito penal contra salud pública y de intrusismo profesional.
